AFP
El papa Francisco abrió la puerta el jueves a la posibilidad de que las mujeres sean ordenadas como diáconos y celebren bautismos y matrimonios, una revolución para la Iglesia católica, ya que se trata de un servicio reservado sólo a los hombres.
La apertura del papa fue hecha durante un encuentro en el Aula Paulo VI del Vaticano con 900 líderes de congregaciones religiosas femeninas de todo el mundo.
Francisco aceptó la creación de una comisión para estudiar el asunto, una propuesta innovadora, que la Iglesia ha abordado en el pasado sin éxito, por lo que hasta ahora los sacramentos pueden ser administrados exclusivamente por religiosos hombres.
El papa argentino, que en varias ocasiones se ha pronunciado a favor de otorgar un mayor papel a la mujer en la Iglesia, respondió afirmativamente a una de las a seis preguntas hechas por las religiosas.
"¿Por qué no constituir una comisión oficial para estudiar la cuestión?", le preguntó una de las asistentes.
"Creo que sí.. Sería bueno, para hacer que la Iglesia aclare ese punto. Estoy de acuerdo, voy a hablar para hacer algo como esto. Acepto, me parece útil tener una comisión para aclarar", dijo, según refiere la agencia católica en español Religión Digital.
Interrogado sobre el tema, el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, no quiso confirmar la noticia hasta que consulte directamente al pontífice.
En la Iglesia, los diáconos pueden pronunciar el sermón durante la misa y oficiar bautizos, bodas y funerales. En cambio, los curas son los únicos que pueden celebrar la eucaristía o confesar a los fieles.
La discusión sobre el papel dentro de la Iglesia católica de la mujer es vieja y desde hace años las mujeres piden un cambio, tal como ha cambiado la sociedad.
Una desigualdad evidente
Si bien el número de mujeres religiosas supera con creces el de sus homólogos masculinos, las mujeres católicas, inclusive aquellas muy calificadas, sienten que no son consultadas y que sus opiniones y decisiones no son tomadas en cuenta.
Según el Anuario Pontificio, en 2014 había alrededor de 415.000 sacerdotes y miembros de órdenes religiosas en todo el mundo, frente a más de 700.000 monjas.
Numerosos estudios han revelado que en los primeros siglos del cristianismo existían 'diaconisas", un tema que el mismo pontífice argentino abordó durante el encuentro con las religiosas.
"¿Cuáles fueron estas mujeres diáconos? ¿Tenían ordenación o no? Está poco claro eso. ¿Cuál fue el papel de esas ‘diaconisas' entonces?", se cuestionó Francisco.
Durante el pasado sínodo de obispos sobre la familia, celebrado en octubre, el canadiense Paul-André Durocher propuso que las mujeres puedan ser diáconos, abriendo el debate y generando aplausos entre los asistentes.
Francisco ha expresado varias veces su voluntad de remediar la flagrante desigualdad entre hombres y mujeres en el seno de la Iglesia, aunque ha tomado pocas medidas concretas al respecto.
"El papa siente que el tiempo pasa y que tiene que tomar decisiones valientes aún si la mayoría de la jerarquía de la Iglesia no está lista para esos cambios", comentó a la AFP el vaticanista Marco Politi, autor del libro "Francisco entre los lobos".
"Es el método (Jorge Mario) Bergoglio. Lanza hipótesis, ideas, provocaciones y proposiciones. Sin romper, tratando de involucrar a todos", sostiene por su parte otro vaticanista Iacopo Scaramuzzi.
"Para mí en un año seguramente se conocerá el resultado de la comisión", dice Politi, quien considera que el papa argentino no se limita a hablar, sino que actúa.
El pontífice argentino ya descartó claramente que las mujeres puedan ser curas, explicando que sus predecesores, en particular Juan Pablo II, ya habían examinado atentamente esa propuesta antes de rechazarla.