En la Misa de Gallo, el papa Francisco le pidió a los 1.200 millones de católicos que no se dejen "intoxicar" con las posesiones materiales.
En su homilía de Navidad, ofrecida en la basílica de San Pedro, el pontífice hizo un llamado para que haya más sobriedad en un mundo obsesionado como "el consumismo y el hedonismo, la riqueza y la extravagancia".
Durante la misa, que celebró frente a unas 10.000 personas, el Papa indicó que es el tiempo de "descubrir una vez más quiénes somos". Hizo un llamado para que los creyentes muestren la misma sencillez que el niño Jesús, "nació en la pobreza de un pesebre pese a su divinidad" para inspirar vidas.
"En una sociedad que con frecuencia está intoxicada por el consumismo y el hedonismo, la riqueza y la extravagancia, las apariencias y el narcisismo, este niño nos llama para que actuemos con sobriedad, en otras palabras, para que actuamos de una forma simple, balanceada, consistente, para ser capaces de ver y hacer lo que es esencial", indicó.
Además, la autoridad eclesiástica agregó: "En medio de una cultura de indiferencia que se vuelve despiadada, nuestro estilo de vida debería ser devoto, lleno de empatía, compasión y misericordia".
Seguridad
En la emblemática plaza, la seguridad fue muy estricta. Los agentes policiales establecieron puntos de control en el área que rodea el Vaticano. Los fieles que entraron en la basílica tuvieron que pasar por detectores de metales.
Expertos indicaron que el Papa aprovechó la homilía para reflexionar sobre los temas claves de sus tres años como líder de la Iglesia católica: la misericordia, la compasión, la empatía y la justicia.
"En un mundo que con demasiada frecuencia es despiadado con el pecador e indulgente con el pecado, necesitamos cultivar un sentido fuerte de justicia, para discernir y hacer la voluntad de Dios", dijo.