El papa Francisco comenzará este lunes su primera visita a Myanmar y Bangladesh, donde permanecerá hasta el 2 de diciembre.
El Sumo Pontífice llegará primero Myanmar y el jueves seguirá hacia Bangladesh. La gira se da en el contexto de la grave situación que enfrentan los rohinyás, una minoría musulmana que fue obligada a escapar de la violencia del Ejército de Myanmar y buscar refugio en Bangladesh.
Se estima que más de 600.000 rohinyás se encuentran en campos de refugiados en Bangladesh en pésimas condiciones de vida.
La operación militar, la cual la ONU ha catalogado como una "limpieza étnica", ha sido puesta en práctica desde fines de agosto y provocado la muerte de cientos de personas, violaciones múltiples y la quema de pueblos y cultivos.
Myanmar y Bangladesh informaron el pasado jueves que llegaron a un acuerdo para el retorno de los refugiados rohinyá a la provincia de Rajine, en Myanmar.
Las dos naciones firmaron una declaración de intenciones al respecto. El Papa es acompañado por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin y el prefecto de la Congregación para la Evagelización de los Pueblos, cardenal Fernando Filoni.
El martes Francisco comenzará su agenda oficial y se reunirá con el presidente de Myanmar, Htin Kyaw, y con la premio Nobel de la Paz y jefa de facto del Gobierno, Aung San Suu Kyi, en Naipyidó, la capital de Myanmar.
Francisco mantendrá también reuniones con los budistas y celebrará dos misas para la pequeña comunidad católica, que no llega a las 650.000 personas.
El 30 de noviembre, el Papa volará hacia Bangladesh para la segunda etapa de su viaje. Ahí participará en un encuentro interreligioso, en el que también habrá miembros de la minoría rohinyá.
Según el programa oficial, no está previsto que el Papa visite uno de los gigantescos campos de refugiados.
Es la primera vez que un Papa visita Myanmar, en el sudeste asiático y de mayoría budista. Bangladesh, de mayoría musulmana, recibió hasta ahora sólo la visita de Juan Pablo II.
En ambos países hay solo una pequeña minoría católica. El Vaticano comunicó que Francisco quiere transmitir un mensaje de "reconciliación, paz y perdón".