Un estudio de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, ha generado polémica al plantear que la inteligencia artificial (IA) podría adivinar con exactitud si una persona es homosexual o heterosexual en base a sus caras.
Los investigadores utilizaron imágenes de 36.000 hombres y 38.000 mujeres -todos blancos- extraídas de perfiles de citas online, tanto de personas homosexuales como heterosexuales. El algoritmo -sostienen- fue capaz de detectar diferencias sutiles en las estructuras faciales que los humanos son incapaces de captar. En el caso de los hombres el porcentaje de acierto fue de 81% y en el de las mujeres un 74%, aseguran los investigadores.
Según dijeron los investigadores a The Economist, las diferencias pueden estar relacionadas con el nivel de hormonas, como la testosterona, a la que los fetos están expuestos en el útero, lo que -sostienen- podría determinar la sexualidad.
La Campaña de Derechos Humanos (HRC) y Glaad, dos de las organizaciones defensoras de las personas LGBTQ más importantes en Estados Unidos, calificaron al estudio como "peligroso y defectuoso” y de “ciencia basura". Los defensores criticaron también que el estudio excluye a personas de color, bisexuales, transexuales y afirmaron que la investigación hacía suposiciones excesivamente amplias e inexactas sobre el género y la sexualidad.
Junto con esto, plantearon que la investigación podría poner en riesgo a personas. Esto considernado que todavía la homosexualidad es ilegal en algunos países, y que los crímenes de odio contra gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros han aumentado en los últimos años en países como Reino Unido.