En una resolución aprobada por unanimidad, los quince miembros del Consejo de Seguridad llamaron la atención sobre la "constante corriente de armas" que fluye hacia organizaciones terroristas como el Estado Islámico (EI) o Al Qaeda.
El texto da seguimiento a otras resoluciones anteriores centradas en impedir que esos grupos accedan a armas de destrucción masiva, desde químicas a nucleares. El Consejo de Seguridad urgió hoy a todos los Estados a abstenerse de facilitar cualquier tipo de apoyo activo o pasivo a personas o entidades que participen en actos terroristas y a actuar contra los canales por los que consiguen armarse.
Además, subrayó la necesidad de que todos los Gobiernos cuenten con leyes y políticas apropiadas y animó a los que aún no lo han hecho a sumarse a las convenciones internacionales o regionales en este ámbito. También les pidió que aumenten su cooperación con el resto de la comunidad internacional, por ejemplo coordinándose a través de Interpol.
Cadena del negocio de armas
Emmanuel Roux, el representante de Interpol ante la ONU, insistió en un discurso en la necesidad de que todos los países participen en este esfuerzo y subrayó que no se puede ser efectivo actuando en solitario.
"Aunque ni las armas ni su uso por parte de terroristas son fenómenos nuevos, el panorama de amenaza actual es de una complejidad sin precedentes", dijo Roux.
Como ejemplo, destacó la cooperación entre terroristas y el crimen organizado, la venta de armamento a través de internet o la reaparición de armas usadas en zonas de conflicto en las calles de grandes ciudades.