Los ataques registrados el lunes contra cuatro hospitales en Siria, que causaron medio centenar de muertos y la condena de la comunidad internacional, fueron calificados este martes Naciones Unidas como crimen de guerra. "El ataque intencional y directo contra instalaciones médicas o lugares ocupados por enfermos y heridos, así como contra unidades médicas con el emblema de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es un crimen de guerra en un conflicto armado", señaló el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.
"Todavía no está claro que haya sido intencional, pero el enorme número de estos incidentes genera interrogantes sobre el fracaso de las partes del conflicto en Siria de respetar la protección especial que requieren los establecimientos médicos y su personal", agregó.
Alemania: Rusia y Turquía deben reducir actividades militares en Siria En el contexto de la guerra siria, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinemeier, recordó hoy a Rusia y a Turquía el compromiso alcanzado en Múnich para lograr un alto el fuego en Siria esta semana y les instó a reducir "de forma clara" las actividades militares en el país.
"Espero que tanto Moscú como Ankara orienten todas sus acciones militares y políticas a los compromisos de Múnich y que antes del acuerdo final para un alto el fuego se reduzcan de forma clara las actividades militares", manifestó en un comunicado el jefe de la diplomacia alemana. A su juicio, tras los ataques registrados ayer contra hospitales y escuelas ha quedado claro que "no hay alternativa a los compromisos de Múnich", donde en la madrugada del pasado viernes el Grupo Internacional de Apoyo a Siria, con participación de EEUU, Rusia, Irán y Arabia Saudita, se conjuró para lograr una tregua en el plazo de una semana.
Steinmeier consideró que con los muertos en los hospitales y en las escuelas "se ha vuelto a tocar fondo". Si no hay cambios, advirtió, todos los esfuerzos para mejorar el acceso de la población civil a la ayuda humanitaria y para preparar el cese de las hostilidades entre las fuerzas del régimen de Bachar al Asad y la oposición estarán en peligro.
El Kremlin negó hoy que la aviación rusa bombardeara ayer un hospital gestionado por Médicos sin Fronteras (MSF) en el norte de Siria y apuntó a la coalición internacional liderada por Estados Unidos como responsable del ataque. "En este caso hay que fijarse en lo que dice la fuente primaria, que para nosotros son las autoridades sirias", dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en alusión a las palabras del embajador sirio en Moscú, Riad Hadad, que acusó a la coalición internacional de perpetrar el ataque contra el hospital. El hospital de MSF en Maarat al Nuaman "fue destruido en realidad por las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos", dijo ayer el diplomático sirio a la televisión rusa.
Tanto la ONG internacional como el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos culparon a Rusia del ataque que causó al menos siete muertos y ocho desaparecidos.