El sábado, al menos siete hombres y una mujer menores de 30 años fueron asesinados por sujetos armados que irrumpieron en una finca en donde celebraban un cumpleaños, en el municipio de Samaniego, Nariño (suroeste), informó a la AFP la policía.
En tanto, las autoridades hallaron el martes pasado los cadáveres de cinco adolescentes negros, entre los 14 y 16 años, en un cultivo de caña de azúcar de la ciudad de Cali.
Los grupos de delincuencia común u organizada serían autores del 78% de las masacres ocurridas este año en Colombia, en su gran mayoría (80%) en departamentos con "enclaves de producción ilegal de coca", detalló en Twitter la oficina de derechos humanos de la ONU.
La condena coincide con la alerta lanzada el domingo por autoridades colombianas y ONGs sobre el deterioro de la seguridad en el país, pese a las medidas de confinamiento decretadas para frenar la pandemia desde el 25 de marzo.
La ONU también ha registrado 41 asesinatos de excombatientes de las FARC en el primer semestre de 2020, un aumento de 10% en comparación con el mismo lapso del año anterior, e investiga 97 homicidios de defensores de derechos humanos este año.
El organismo internacional supervisa la implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 con la otrora poderosa insurgencia marxista, que desarmó a unos 7.000 exguerrilleros.
Según la ONU, una masacre ocurre cuando tres o más personas son asesinadas en un mismo hecho y por un mismo perpetrador.
Aunque el acuerdo con las FARC disminuyó la violencia política, Colombia vive un conflicto entre guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales que en más de casi seis décadas ha dejado unas nueve millones de víctimas.
El país sudamericano es el principal productor mundial de cocaína, con unas 154.000 hectáreas de hoja de coca sembradas en 2019, según la ONU.