Una organización benéfica de Auckland, Nueva Zelanda, repartió por error dulces con una dosis potencialmente letal de metanfetamina.
La ONG Auckland City Mission trabaja con personas sin hogar y entregó los dulces en los paquetes de comida, luego de recibirlos a través de una donación. Los caramelos venían en una bolsa de la marca Rinda, sabor piña.
Según el Instituto Nacional sobre el abuso de Drogas de Estados Unidos, la metanfetamina es un estimulante poderoso y adictivo que afecta el sistema nervioso central. Es un polvo blanco cristalino y de sabor amargo, que se disuelve fácilmente en agua o alcohol.
Entregan dulces con metanfetamina por error
Desde la organización informaron que se están poniendo en contacto con hasta 400 personas para encontrar los paquetes que podrían tener los dulces, que eran pedazos sólidos de metanfetamina en envoltorios de caramelos, detalla El Mundo.
La directora ejecutiva de la Fundación de Nueva Zelanda para las Drogas, Sarah Helm, declaró que el caramelo contenía aproximadamente 3 gramos de metanfetamina. “La dosis habitual que se ingiere es de entre 10 y 25 mg, por lo que esta piruleta contaminada contenía hasta 300 dosis”, afirma.
"Tragar tanta metanfetamina es extremadamente peligroso y podría causar la muerte", agregó.
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La situación quedó al descubierto cuando un cliente del banco de alimentos de la ONG reportó que los dulces tenían un “sabor raro”. Fue ahí cuando el personal los probó y se contactaron con las autoridades. Sólo un miembro del personal debió recibir atención médica.
La Fundación de Nueva Zelanda para las Drogas declaró que es habitual que intenten pasar las drogas como productos inofensivos y que podrían circular más caramelos por el país.
En esta misma línea, los dulces tendrían un valor de 1.000 dólares -algo así como 930 mil pesos chilenos- por lo que se piensa que la donación fue accidental y no un ataque deliberado.
El detective Glenn Baldwin declaró que una de las hipótesis es que un plan de importación salió mal. A la fecha, lograron recuperar 16 dulces, pero se desconoce el número de la totalidad.
Helen Robinson, miembro de la fundación, aseguró que ocho familias, incluyendo un menor de edad, habrían intentado consumir los dulces, sin embargo, su sabor “repugnante” hizo que los escupieran, por lo que no sufrieron perjuicios.
Además, Robinson declaró que los dulces fueron donados en las últimas seis semanas, pero se desconoce cuántos se distribuyeron y cuántos eran hechos de metanfetamina.