La OMS y China podrían haber actuado más rápido al inicio de la epidemia del COVID-19, según conclusiones de expertos independientes encargados de evaluar la respuesta mundial y para quienes la propagación del virus se vio beneficiada por una "epidemia en gran parte ocultada".
En su segundo informe, que debe ser presentado el martes durante una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), este panel de expertos subraya que "al referirse a la cronología inicial de la primera fase de la epidemia, se constata que habría sido posible actuar más rápido sobre la base de las primeras señales".
"Lo que está claro para el Grupo es que las autoridades sanitarias locales y nacionales de China podrían haber aplicado medidas de salud pública más contundentes en enero. También está claro para el Grupo que a finales de enero de 2020 ya había pruebas de casos en varios países", destaca.
El informe agrega que "todos los países que detectaron casos probables deberían haber aplicado medidas de contención de salud pública inmediatas. No lo hicieron (...) sólo unos pocos países aprovecharon plenamente la información disponible para responder ante las pruebas de una epidemia emergente".
El grupo también señala la lentitud de la OMS a la hora de reunir a su comité de urgencia al comienzo de la pandemia y declarar la urgencia sanitaria internacional.
Desde el comienzo de la crisis sanitaria a fines de 2019, la OMS ha sido duramente criticada por su respuesta, retrasando en particular la recomendación de portar mascarilla.
En particular, Estados Unidos la acusó de haber sido extremadamente complaciente con China, donde apareció el coronavirus a fines de 2019, y de haber retrasado la declaración del estado de emergencia sanitaria.