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“Odio en el Parlamento alemán”, una razón para tomar las calles de Berlín

“Odio en el Parlamento alemán”, una razón para tomar las calles de Berlín
T13
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El próximo martes, con la Alternativa para Alemania (AfD), se instala en el Parlamento alemán un partido populista de derecha por primera vez en casi 70 años.

Esta fue razón suficiente para que miles de manifestantes se concentren en la Puerta de Brandeburgo en Berlín y en voz alta expresen su descontento.

Aunque el título oficial de la manifestación era "en contra del racismo y el odio en el Parlamento” y no mencionaba directamente a la AfD, las pancartas mostradas no dejaban dudas de a quién se dirigía la protesta. "Mi corazón late por la diversidad”, se leía, así como "¿límite superior?, ¡con gusto!, para los nazis”. O simplemente "detén a la AfD”.

El organizador de la protesta, Ali Can, también llamó a los populistas de derecha por su nombre en su discurso. "Leo la Constitución y me escandaliza lo que dicen algunos políticos, especialmente de la AfD”, dijo. "¿Han leído alguna vez el artículo 3 de la Constitución, el cual establece explícitamente que nadie puede ser discriminado o favorecido en virtud de su origen y descendencia?".

 "Migrante de confianza"

Can enfatizó valores generales como la tolerancia y el respeto e intentó no ser del todo brusco con el oponente político. "Incluso los políticos de la AfD pueden encontrar que ellos serán confrontados con prejuicios”, dijo el activista en entrevista con DW. "Estamos en contra del racismo y el odio en general, sin importar de quien vengan y a quién están dirigidos”.

Can tiene amplia experiencia con ambos -racismo y odio. El ahora joven de 23 años vino a Alemania con sus padres desde el sureste de Turquía cuando era un niño pequeño. Sin embargo, él no rehúye el contacto con aquellos que preferirían expulsar a todos los extranjeros del país. El año pasado, el autoproclamado "migrante de confianza" creó una línea directa para "ciudadanos preocupados" que temen que Alemania pueda ser infiltrada por extranjeros. Dos veces a la semana hay extensos horarios de consulta. Incluso publicó su propio número de teléfono en Internet, un acto valiente en la época del discurso del odio o "hate speech” y del "trolleo”.

Can es un idealista dedicado y muy activo. En los días posteriores a las elecciones al Parlamento alemán organizó en poco tiempo esta gran manifestación con la ayuda de más de una docena de grupos de derechos humanos. Se puede cuestionar si tal evento tendrá un impacto significativo en los diputados de la AfD.

En cualquier caso, los políticos de los partidos establecidos saben que deben tener cuidado de algunos de sus nuevos colegas. "Si nos fijamos en la lista de diputados que se han instalado, desafortunadamente hay una fila completa que ha destacado en el pasado por declaraciones derechistas radicales o racistas", dice Anton Hofreiter, presidente de la fracción de los Verdes.

Hofreiter se mezcló entre los manifestantes que se mueven desde la Puerta de Brandeburgo a la Columna de la Victoria y al Parlamento. Después, todos regresaron a la Puerta de Brandeburgo, donde la banda berlinésa Culcha Candela ofrecía un breve concierto.

"Este es mi país"

"Lo que esperamos hoy es dar una señal clara", dijo el cantante de Culcha Candela, Johnny Strange. "En las últimas elecciones, alrededor del 13 por ciento votó por la AfD, pero hay una gran mayoría que piensa diferente y creo que deberían ser vistos y escuchados".

La cara de esta mayoría es más diversa de lo que la AfD quisiera admitir. Una parte de los manifestantes tiene antecedentes de inmigración, como esta mujer: "Nací en Corea, pero crecí en Alemania y he vivido aquí durante cuarenta años. Quiero decir que este es mi país. Creo que en una democracia uno debe luchar por su propio país".

Otros protestan porque no quieren que Alemania repita los errores del pasado. "Creo que como alemán uno es responsable de que partidos como la AfD no tengan voz en la política", explica otro manifestante.

Casi ninguno de los reunidos aquí está en condiciones de hacer demandas concretas sobre la política alemana, excepto que el Parlamento no debe convertirse en un foro de racismo y xenofobia. Esta idea por sí sola era lo suficientemente importante para que ellos salieran a la calle y expresaran su descontento con la instalación de la AfD en el Parlamento alemán.

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