Por AFP y T13
El pasado 20 de enero Barack Obama pasó de ser el hombre más poderoso del mundo a un ciudadano como todos los demás. Si bien valora el verse liberado de la seguridad que se le imponen a los residentes de la Casa Blanca, este martes confesó sentirse "prisionero" de una nueva forma: las selfies que le pide la gente.
Obama relató que está dispuesto a “pasearse por cualquier lado, siempre y cuando no me importe sacarme una selfie cada dos pasos".
Pese a esto, señaló que los años de presidente le habían enseñado a estar "menos angustiado”. “Cuando eres presidente de Estados Unidos, cometes errores todos los días (...) y la mitad del país piensa que eres un idiota", bromeó.
"Una linda prisión"
El anterior huésped de la Casa Blanca fue invitado de honor en una cumbre mundial sobre la alimentación en Milán. En el lugar recibió el caluroso aplauso de las cerca de 3.000 personas que pagaron entre 650 y 850 euros para poder escucharlo en directo.
Respecto a a su antigua morada, Obama señaló que lo que no "echa de menos" son las medidas de seguridad. "Vives en lo que podríamos llamar una burbuja. En una prisión muy bonita", agregó.
"No tienes libertad de movimiento, ni siquiera para dar un paseo o sentarte en un café, porque siempre hay alguien de la seguridad a tu alrededor", concluyó el ex presidente de Estados Unidos.