La capital de Haití volvió a registrar este sábado intensos tiroteos, en medio de un deterioro de la situación humanitaria y la frustración de los habitantes ante el retraso de la transición política.
Residentes de Puerto Príncipe contactados por la AFP afirmaron que delincuentes armados habían atacado una base de la Brigada Departamental de Operación e Intervención (BOID), una fuerza policial de reacción rápida, en el barrio capitalino de Fort Nationale.
Otra unidad especializada en la zona de la capital, la Brigada de Intervención Motorizada (BIM), también fue atacada por bandas criminales, según los lugareños.
No se supo de inmediato si se registraron víctimas en los incidentes.
Las escenas de caos se desarrollaron mientras Haití vive una tensa espera por el establecimiento de un gobierno de transición, parte de un acuerdo que también derivó en la renuncia del impopular primer ministro Ariel Henry.
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Henry acordó el 11 de marzo su dimisión, pero las negociaciones para formar el nuevo gobierno de transición avanzan a ritmo lento a pesar de la presión de países vecinos del Caribe y de Estados Unidos.
El caos político y la violencia callejera siguen imperando mientras la crisis alimentaria se vuelve cada vez más grave.
Farhan Haq, portavoz del secretario general de las Naciones Unidas (ONU), dijo que aproximadamente la mitad de la población haitiana enfrenta niveles de "crisis o peores de inseguridad alimentaria aguda".
Haití es sacudido desde hace semanas por una ola de violencia que comenzó con una ofensiva coordinada de las pandillas criminales para liberar a miles de presos en grandes cárceles.
En medio del agravamiento de las condiciones, más de 33.000 personas huyeron de la zona de la capital en las últimas dos semanas, según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
Muchos extranjeros han salido de Haití y la embajada de Estados Unidos inició recientemente la evacuación de su personal diplomático y de otros ciudadanos estadounidenses que quisieran dejar el país. Hasta el momento, la sede diplomática ayudó a salir a unos 230 connacionales.