Corea del Sur vivió hoy (03.12.2016) el sexto sábado consecutivo de protestas multitudinarias contra la presidenta, Park Geun-hye. De esta manera, la gente exige al Parlamento que apruebe el proceso de destitución contra la jefa de Estado por el caso conocido en los medios como el de la "Rasputina coreana". La avenida de Gwanghwamun, principal arteria del centro de Seúl, volvió a llenarse de puntos de luz a medida que caía el sol y cientos de miles de manifestantes encendían sus velas, indignados por el hecho de que la presidenta siga en el poder un fin de semana más.
"Es incomprensible que no haya dimitido todavía, seguiremos viniendo cada sábado hasta que lo haga", comentaba una joven manifestante, Lee Mi-yeon, que acudió a la principal protesta de la capital con varios compañeros de la universidad. En otras ciudades del país, como Busan, Gwangju o Chuncheon, también se llevaron a cabo movilizaciones a menor escala.
Park Geun-hye, investigada en varios frentes y prácticamente sin apoyos en pleno torbellino político y social, prometió hace unos días en un discurso formalizar su dimisión, aunque no concretó fecha alguna. Mientras, los tres partidos de la oposición presentaron hoy en el Parlamento la moción del "impeachment" para someterla a votación el próximo viernes (09.12.2016) en el Parlamento. Su aprobación requerirá los votos a favor de al menos 28 diputados del partido gobernante Saenuri y después el visto bueno de al menos 6 de los 9 jueces del Tribunal Constitucional.
Aunque al principio muchos diputados de Saenuri se mostraron favorables a su destitución, tras el discurso de la presidenta se decantaron por la posibilidad de que esta dimita en abril en un proceso supervisado por la Asamblea Nacional.
De este modo, parte de los carteles, cánticos y consignas en la jornada de protestas de hoy se centraron en pedir el "impeachment" de la presidenta en un momento en el que parece poco probable que dimita por voluntad propia, a pesar de tener en contra, según las encuestas, al 96 por ciento de la ciudadanía. De hecho, en Seúl tuvo lugar una protesta alternativa de varios centenares de personas, que se acercaron a las inmediaciones de la Asamblea Nacional en el barrio de Yeouido expresamente para pedir a los diputados el "sí" al proceso de destitución de Park por el caso "Choi Soon-sil gate".
La "Rasputina coreana"
El caso gira en torno a la presidenta Park y a Choi Soon-sil, su amiga íntima, bautizada popularmente como la "Rasputina coreana". Choi está acusada, entre otras cosas, de haber intervenido en asuntos de Estado, a pesar de no ostentar cargo público, y haber extorsionado a empresas para obtener cuantiosas sumas de dinero que se habría apropiado parcialmente. La indignación ciudadana responde en gran parte a la extendida idea de que la jefa de Estado delegó parte del control del país a Choi, hija del controvertido líder de una secta religiosa que fue mentor de Park Geun-hye en su infancia.