Nueva Zelanda deja el control de fronteras en manos del ejército por nuevos contagios de COVID-19
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, encargó el miércoles la vigilancia de las fronteras al ejército, después de que volvieran a registrarse casos de coronavirus en el archipiélago, relacionado con un descontrol en la aplicación de las medidas de cuarentena.
Tras haber pasado 24 días sin contagios, Nueva Zelanda anunció el martes que dos mujeres que habían llegado recientemente de Reino Unido pudieron abandonar la cuarentena antes de lo previsto sin ser examinadas, pese a que presentaban síntomas leves de covid-19.
Ambas fueron encontradas y diagnosticadas como portadoras del virus. Pero, entretanto, habían recorrido los 650 km que separan Auckland de Wellington para visitar a un familiar moribundo.
Ardern consideró "absolutamente absurdo" que no hubieran sido examinadas antes, y decidió que los controles fronterizos debían reforzarse.
"Creo que necesitamos el rigor, la confianza y la disciplina que el ejército puede aportar", declaró Ardern a periodistas.
Antes de que se descubrieran esos dos casos importados, el ministro de Salud, David Clark, había declarado que su país eliminó con éxito el COVID-19, que mató a 22 personas en el archipiélago, de cinco millones de habitantes.
Las dos mujeres fueron aisladas y las autoridades sanitarias están examinando a las 320 personas con las que estuvieron en contacto en el país.