El incendio de la Catedral de Notre Dame ha causado conmoción general alrededor del mundo. Es bien sabido que la edificación, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1991, guarda grandes “tesoros” al interior y es considerada como una de las estructuras más significativas de la historia.
Las gárgolas, la corona de espinas que portó Jesús en el día de su crucifixión, restos de la cruz que cargó, y otras reliquias se guardaban al interior de la emblemática catedral, ubicada en la isla de Cité, rodeada por las aguas del río Sena.
A pesar de las devastadoras consecuencias del fuego, que ocasionó el desplome de la Aguja de la Catedral y gran parte de sus muros, según la información brindada por el periodista de Paris Match, Nicolas Deselalle, en su cuenta de Twitter, los tesoros conservados al interior del recinto estarían “a salvo”.
Cabe destacar que durante la Revolución Francesa, las reliquias fueron llevadas a la Biblioteca Nacional. Y solo tras el Concordato, de 1801, fueron devueltas a la catedral, el 10 de agosto de 1806.