Autoridades australianas anunciaron el lunes la decisión de aislar el estado de Victoria, una drástica medida para tratar de contener un preocupante rebrote de casos de contaminación con el nuevo coronavirus.
Por primera vez desde que comenzó la pandemia, la frontera entre los dos estados más poblados de Australia, Victoria y Nueva Gales del Sur, se cerrará a partir de la medianoche del martes, anunciaron funcionarios de ambos estados.
Victoria, donde viven más de 6,6 millones de personas, anunció el lunes un récord de 127 nuevos casos, ya que el virus se propagó por Melbourne, incluso en varios bloques de apartamentos densamente poblados.
El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, describió la decisión de cerrar ese territorio como "el paso inteligente, el paso correcto en este momento, dados los importantes desafíos que enfrentamos para contener este virus".
Los planes para reabrir la frontera de Victoria con Nueva Gales del Sur han quedado por el momento para un futuro no definido.
Después de semanas de aliviar las restricciones por el virus, Melbourne ha visto un gran aumento en la transmisión, lo que ha llevado a los funcionarios de salud a cerrar de manera efectiva algunos vecindarios del resto de la ciudad hasta finales de julio.
Por lo menos 16 de los nuevos casos se detectaron en nueve torres de viviendas públicas, donde 3.000 residentes fueron mantenidos en sus hogares el sábado en la respuesta más estricta a la COVID-19 en Australia hasta la fecha.