Abiel Valenzuela Zapata, un niño de solo tres años, murió en plena visita al dentista, en Kansas, Estados Unidos.
El pequeño sufrió una reacción tras recibir un medicamento en medio de su visita de rutina al Tiny Teeth Pediatric Dentistry en Wichita, para atender una infección en sus dientes.
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Sin embargo, al niño se le puso una inyección de sedante, lo que provocó que llorara inmediatamente, mientras su mamá intentaba tranquilizarlo.
Según recogió KSNW, un informe policial relató que luego de unos 30 minutos que el niño fuera sedado, el profesional trabajó en su mandíbula inferior y el pulso del niño comenzó a disminuir, mientras que su mejilla se hinchaba.
Esto fue alertado por el dentista, quien rápidamente hizo una reanimación cardiopulmonar y se le trasladó a un hospital, donde se confirmó su muerte minutos más tarde.
“Como madre sientes que le fallaste, porque no hiciste nada para protegerlo (…) no esperábamos salir de allí sin un hijo”, dijo Nancy Valenzuela.
Por lo pronto, las investigaciones siguen su curso, mientras que se baraja la tesis de que el niño tuvo una reacción inesperada a un medicamento suministrado durante el procedimiento.