Un niño fue protagonista de un insólito hecho hace algunos días luego que realizara un viaje involuntario de 3.200 kilómetros tras ocultarse en un contenedor mientras jugaba a las escondidas.
De acuerdo al Clarín, el niño de 11 años tardó seis días en llegar desde Bangladesh a Malasia y fue identificado como “Fahim”.
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Al parecer el menor mientras jugaba en las cercanías del puerto de Chittangongm decidió esconderse en un contenedor. No obstante, al cabo de unas horas, el artefacto fue colocado dentro de un barco con destino a otro país, sin que nadie notará la presencia del pequeño.
Producto del hecho, el menor no comió ni bebió en cuatro días, que es cuando el contenedor llegó a destino.
Al llegar el barco a su destino, los trabajadores portuarios se sorprendieron al ver a un niño confundido y demacrado salir de uno de los contenedores.
El menor no hablaba el idioma local, por lo que las autoridades portuarias no pudieron sacarle ninguna información, pero sospecharon que era víctima de una organización criminal de trata de personas, por lo que inmediatamente llamaron a la policía.
Gracias a un traductor las autoridades pudieron comunicarse con el menor de 11 años y saber la verdadera historia y fue llevado a un hospital para ser estabilizado.
Malasia ya ha iniciado los trámites para repatriar a "Fahim" a su país de origen, Bangladesh.