SpaceX lanzó su último prototipo de nave espacial en una prueba de vuelo a unos 12,5 metros de altitud el miércoles, que pareció tener éxito hasta el último momento.
El prototipo de nave estelar número de serie 8, o SN8, se lanzó suavemente hacia el cielo sobre las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas. El cohete pareció completar varios de los objetivos de desarrollo que pretendía, incluida la prueba de su aerodinámica y un giro para prepararse para el aterrizaje.
Pero el cohete explotó al impactar mientras intentaba aterrizar, después de volar durante más de seis minutos, según informó CNBC.
Dados los múltiples hitos que SpaceX estaba buscando lograr con el, el CEO Elon Musk le había dado al cohete pocas probabilidades de éxito completo en el primer intento.
"Muchas cosas tienen que salir bien, así que quizás 1/3 de probabilidad" de que el cohete aterrice en una sola pieza, había dicho Musk.
SpaceX advirtió de manera similar en una declaración en su sitio web antes del lanzamiento que incluso un choque o explosión no era necesariamente un fracaso para este vuelo.
"Con una prueba como esta, el éxito no se mide por la consecución de objetivos específicos, sino más bien por cuánto podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avance rápidamente en el desarrollo de Starship", dijo la compañía.