Nahir Galarza, la joven argentina que fue condenada a cadena perpetua tras ser declarada responsable del homicidio de su novio, Fernando Pastorrizzo, habló del caso por primera vez en televisión.
La entrevista realizada al canal argentino El Trece, fue dada desde la cárcel de mujeres de Paraná, y entregó su versión de los hechos.
De acuerdo a lo indicado por la justicia argentina, Fernando Pastorrizzo murió tras dos disparos realizados por la mujer.
Sin embargo, Nahir Galarza se mantiene en su versión; que ambos discutieron, que era víctima de violencia de género y que todo ocurrió en un acto de defensa propia.
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Ya con la muerte de Pastorrizzo ocurrida, en primera instancia, le contó a sus padres. Sin embargo, no inmediatamente, pues no lograba entender del todo lo ocurrido.
"No tenía nada en la mente", señaló respecto a cómo fueron las horas posteriores a la muerte del hombre y el proceso hasta que logró contar lo sucedido.
"Tomé conciencia tres meses después (...) de que Fernando había fallecido", puntualizó. "El que haya sido accidental o no, la realidad es que hay una persona que falleció", dijo.
Respecto a las pericias, de que Fernando no tuvo posibilidades de defenderse del disparo que ella percutó, señala que "no fue lo que pasó (...) Fernando pudo haber evitado todo".
Sin embargo, no entrega detalles tras su afirmación.
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Además, comentó que piensa en él, "me siento culpable porque más allá de todo lo que pasó con él, él era una persona y tenía casi mi misma edad y es una pesona que ya no está y me hace sentir demasiado culpable. No sé qué hacer y, en realidad, no tengo nada para revertir la situación".
"Si me siento responsable de lo que pasó (la muerte), te diría que no", aseguró a la entrevistadora.
De igual manera, volvió a afirmar que fue víctima de violencia por parte de Fernando Pastorrizzo.
"Se pudo haber evitado el día. Ese día no nos tendríamos que haber visto" y asegura que, de no ser producto de la discusión, todo sería distinto.
Pero, pese a eso, la entrevistadora le replica que quizás Fernando también hubiera sido asesinado por ella, solo que no por la espalda.
Galarza, entonces, solo guardó silencio y, tras unos segundos, posó una sonrisa.
