En Alaska, Estados Unidos, se confirmó la muerte de un oso polar producto de gripe aviar.
Según recoge WIRED, el hecho fue informado por el Departamento de Conservación Ambiental de Alaska y se trata del primer deceso documentado de esta especie a nivel mundial.
El animal fue encontrado muerto en octubre pasado en cercanías de Utqiagvik, la ciudad más al norte del país y también la más al septentrional del continente americano.
Primeros informes señalan que el mamífero pudo haber contraído el virus al estar en contacto con aves muertas contagiadas.
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Muerte de oso polar enciende alarmas por propagación del virus:
Este hecho nuevamente encendió las alarmas respecto a la propagación del virus, ya que en julio de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que desde 2022, se han registrado brotes del subtipo H5N1 de gripe aviar en mamíferos de 10 países en 3 continentes.
“El creciente número de detecciones en mamíferos, que están biológicamente más cerca de las personas que de las aves, genera preocupación, ya que el patógeno podría adaptarse para infectar más fácilmente a los seres humanos", señalaron desde la OMS.
"Además, algunos mamíferos pueden servir de ‘crisol’ para los virus de la gripe, lo que lleva a la aparición de nuevos microorganismos que podrían ser más dañinos para los animales y los humanos”, añadieron.
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Una investigación desarrollada por la OMS, descubrió que desde 2021, el virus H5N1 se volvió más infeccioso y su velocidad de transmisión aumentó tanto en América del Norte, como en Europa, Asia y África. Esta cepa -más virulenta- ha contagiado a mamíferos como lobos marinos, zorros, ratones, perros, gatos y hurones.
Sin embargo, a pesar de existir registros de casos en humanos, el virus de la gripe aviar no ha mutado para convertirse en una enfermedad que se transmita de manera masiva entre las personas.