"Es como volver a casa", dice entusiasmada Arunachalam Nalini, de la India, no refiriéndose precisamente al tiempo lluvioso del verano en Colonia, sino al ambiente entre atletas. Este año, unas 500 personas participan en los Juegos Mundiales para Personas de Talla Baja. Mientras que los Juegos Paralímpicos solo incluyen atletismo, natación y levantamiento de pesas para personas de baja estatura, aquí se ofrece mucho más.
Durante nueve días se compite en diez disciplinas diferentes. En el pasillo del pabellón se siente el ambiente relajado. Allí, Nalini y dos participantes canadienses ríen juntas y se toman fotos. "Aquí puedo ser yo misma", dice Nalini a DW. Este pasatiempo lo disfruta especialmente, explica, porque en su trabajo o en otros ámbitos de su vida a menudo siente que tiene que hacer más que los demás para estar a la altura.
"Las personas sin discapacidad a menudo no son conscientes de que las cosas pequeñas, como una escalera, representan un gran obstáculo para nosotros. Ojalá eso cambiara", señala Nalini.
A menudo luchan en solitario
Hace muchos años, esta mujer de 55 años empezó a hacer deporte para mantenerse en forma, además de trabajar como gestora financiera. Solo entonces conoció los para-deportes y empezó a entrenarse por su cuenta con regularidad. Entretanto, ha conseguido 42 medallas en torneos regionales e internacionales. En Colonia ganó el bronce en su disciplina favorita, el bádminton.
Al crecer en una familia amante de los deportes, inicialmente jugaba fútbol y al hockey. Cuando la diferencia de tamaño con los otros jugadores se volvió demasiado grande debido a una grave deformidad en su pierna, comenzó a jugar al bádminton y ahora es uno de los mejores del mundo. "Los deportes te enseñan disciplina, integridad y cuidar a los demás”, dice. Como mentor, le gustaría transmitir esto a la generación más joven.
Mientras continúan las competencias de atletismo, Luisa Beermann, Cora Gerdts y Frida Juny aplauden en una ceremonia de premiación. Las tres alemanas de once años se encuentran entre las participantes más jóvenes en los Juegos. Para ellas tampoco fue fácil iniciarse en el deporte para personas de baja estatura. "Estuve haciendo atletismo como un pasatiempo hasta ahora, sin club ni entrenador", cuenta Beermann. "Fue muy difícil encontrar un deporte, pero hace tres años descubrí la natación en un club", agrega su compañera Gerdts.
La joven deportista se siente bienvenida aquí, ha hecho amigos y se ha acostumbrado a que los demás suelan ser más rápidos en la piscina. Para Frida Juny, de Baviera, que también nada, esto es un incentivo: "Siempre me he puesto las más grandes metas y gracias a ello me he vuelto más rápida". Es emocionante, añade, estar entre tanta gente que también es pequeña, y además de naciones tan diferentes.
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Los costos siguen siendo un desafío
Muchos de estos atletas todavía no saben si participarán en 2027, cuando los Juegos se celebren en Australia. Los viajes y las competiciones internacionales cuestan dinero, un gran reto incluso para los atletas experimentados de la India. Mark Dharmai es atleta profesional y cuenta con algunos patrocinadores; Arunachalam Nalini recibe el apoyo de su empresa y del gobierno regional de su país. Pero ambos conocen las preocupaciones de otros atletas, que han tenido que financiar sus entrenamientos y viajes a Colonia en parte o, incluso, en su totalidad de su propio bolsillo.
"En la India, el gobierno ha reconocido ahora la importancia y el apoyo está mejorando poco a poco", afirma Nalini. Un desafío para el futuro, agrega, sigue siendo competir también en deportes de equipo. "La India es muy grande y estamos repartidos por todo el país. Hasta ahora no es posible entrenar junto a otros deportistas. Nuestro objetivo es hacerlo en el futuro", subraya Nalini.
Por otro lado, la organización de los Juegos Mundiales para Personas de Talla Baja es también una hazaña financiera. Los organiza la Asociación Federal de Personas Bajas y sus Familias. "Los juegos nos dejaron un gran agujero en las reservas", explica a DW la presidenta Patricia Carl-Innig, a pesar del apoyo, por ejemplo, de la organización social "Aktion Mensch" o de la Universidad Alemana del Deporte, que proporciona las sedes de competición. "Pero, por supuesto, mereció la pena por las experiencias y los encuentros que creamos aquí. Esta plataforma es única", enfatiza Carl-Innig.