El magnate inmobiliario Robert Durst fue declarado culpable este viernes por el asesinato de su mejor amiga para evitar que fuese ante la polícia por la desaparición de su esposa.
Durst, un multimillonario estadounidense que fue objeto del explosivo documental de HBO "The Jinx", negó siempre haber disparado a Susan Berman en la parte de atrás de la cabeza en el año 2000 en su casa en Beverly Hills.
Pero un jurado en Los Ángeles deliberó en poco tiempo antes de declararlo culpable del crimen.
Durst, aunque distanciado, forma parte de una de las más ricas familias de las poderosas dinastías inmobiliarias de Nueva York.
Los fiscales dijeron que él asesinó a la escritora Berman en diciembre de 2000 para evitar que fuese interrogada por la policía de Nueva York en relación a la desaparición de su esposa Kathleen dos décadas antes.
Berman, hija de un mafioso de Las Vegas, fue vocera de Durst después que él se convirtió en un sospechoso de la desaparición de Kathleen.
Durst nunca fue acusado por el caso de su esposa, pero fue arrestado en 2015 en un hotel de Nueva Orléans debido al asesinato de Berman, horas después de que el último episodio del documental de HBO "The Jinx: La vida y muertes de Robert Durst" saliese al aire.
En el impresionante final del documental, Durst murmura a sí mismo: "Listo, te agarraron", y "Matarlos a todos, claro", aparentemente sin darse cuenta de que un micrófono en su ropa continuaba encendido mientras él hacía una pausa de la grabación para ir al baño.
La serie también aborda el asesinato del vecino de Durst en Texas en 2001, que fue encontrado desmembrado. Durst admitió desmembrar al vecino, pero dijo que el asesinato fue en legítima defensa. Los cargos fueron retirados.
Los documentalistas de HBO confrontaron a Durst con una carta manuscrita que envió a Berman, muy similar a la nota críptica que la policía recibió refiriéndose a la ubicación del cuerpo de la escritora.
Cuando el juicio comenzó el año pasado, la defensa de Durst dijo que su cliente había enviado la nota a la policía después de encontrar el cuerpo de Berman y de haber entrado en pánico, pero argumentó que no significa que la hubiese matado.