"Vivas y libres nos queremos" fue la consigna que resume el reclamo de decenas de miles de mujeres que marcharon este lunes en el centro de Buenos Aires para repudiar los feminicidios y volver a reclamar por la legalización del aborto.
Como cada 3 de junio desde 2015, mujeres e integrantes de la comunidad LGBT salieron a las calles a denunciar la violencia de género y en particular la tasa de feminicidos, que no cede pese al aumento de denuncias y visibilización de la problemática.
"Nosotros sentimos este dolor. Queremos que se haga más visible la violencia de género. Pedimos que el Estado sepa acompañarnos, nos sentimos abandonados", dijo a la AFP Giovanna Luján, de 45 años, madre de Mónica Garnica, una víctima de feminicido.
Garnica murió a los 24 años el 10 de enero de 2018, 18 días después de haber sido rociada con alcohol y prendida fuego por su marido y padre de sus tres niños, entonces de 2, 4 y 7 años, que quedaron a cargo de la abuela, pero aún no cobran la reparación económica prevista por la ley Brisa, aprobada en 2017.
El marido acaba de ser condenado a prisión perpetua. "Eso da un poco de alivio", dice Giovanna quien integra un grupo de familiares de víctimas llamado Atravesamos por el Femicidio.
Mujeres de todas las edades, con pañuelos violetas y verdes que simbolizan la lucha feminista y por el aborto legal, se sumaron a la protesta como ya lo hicieron la semana pasada y el 8 de marzo, Día de la Mujer.
La consigna general fue el rechazo a la violencia hacia las mujeres, en un país que con 44 millones de habitantes registró 278 casos de feminicidios en 2018, según el Informe elabora la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia en base a informaciones de los poderes judiciales provinciales.
Un recién publicado informe de la ONG Casa del Encuentro indica que entre 2008 y 2019 hubo 2.952 feminicidios y feminicidios vinculados, que dejaron 3.717 hijos e hijas, la gran mayoría menores, sin sus madres.