Elizabeth Malone, la madre de un niño de cinco años en situación de discapacidad se declaró culpable de haber inyectado su propia sangre a su hijo a través del tubo endotraqueal y el catéter venoso, mientras este se encontraba internado en el Hospital Inova de Fairfax en Virginia, Estados Unidos.
A pesar de que el hecho fue descubierto en abril del año pasado gracias a las cámaras de seguridad del hospital, la mujer se declaró culpable de maltrato infantil este miércoles tras pasar meses en la cárcel.
Según informa el medio NBC, la mujer al reconocer el crimen confesó que lo había hecho para simular un sangrado y así llamar la atención de los médicos tratantes.
La defensa de Malone, declaró que la mujer no estaba contenta con el tratamiento que estaba recibiendo su hijo, pero le gustó la atención de los médicos cuando el niño sangró, por lo que le inyectó su propia sangre para simular este síntoma.
"Ella niega cualquier intención de hacerle daño a su hijo", le dijo su abogado al juez. Agregando que "ella ama a su hijo como cualquier madre".
Pese a la defensa, el juez a cargo del caso explicó que las inyecciones de Malone dejaron al niño con infecciones y fiebre alta.
Desde que la madre del menor de edad ha estado en la cárcel, su estado de salud ha mejorado considerablemente. Incluso el niño está asistiendo a la escuela.
