Un dramático caso movilizó a distintas autoridades de Perú en las últimas horas. El miércoles se comunicó la desaparición de una mujer de 30 años que habría estado embarazada, pero cuando reapareció en el Hospital Militar de Lima el jueves, no estaba embarazada ni tenía el bebé.
Incluso desde las cuentas oficiales del gobierno, como el Ministerio del Interior, pidieron ayuda a la ciudadanía para la búsqueda de Gabriela Sevilla, quien había sido vista por última vez el miércoles con un embarazo de nueve meses.
Según el registro de las cámaras de seguridad de su barrio, la mujer habría salido desde su domicilio hacía una clínica para tener el bebé. Junto con ella, iba una pareja con dos maletas y una mochila.
Sin embargo, en ese momento se le perdió el rastro y toda Lima comenzó a buscarla. El hecho involucró a la policía y hubo un poco de alivio el jueves cuando la mujer apareció en Villa María del Triunfo y fue llevada al Hospital Militar, aunque sin embarazo y sin bebé.
Allí aseguró que había dado a luz y que dos hombres, que tendrían a su bebé, le habían dicho que se lo devolverían si no los denunciaba.
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Sin embargo, tras ser revisada por médicos del lugar, el ministro del Interior de Perú, Willy Huerta, informó que Sevilla nunca habría estado embarazada.
“Después de haber sido atendida clínicamente por los médicos del Hospital Militar, clínicamente, hasta el momento, ha sido determinado que la señora no estaba embarazada. Estoy dando información a través de los dos médicos del Hospital Militar, después de hacer las revisiones”, dijo la autoridad.
La mujer, que reapareció tras 36 horas de ausencia fue vista por vecinos de Villa María del Triunfo en estado de shock y asustada, con signos de haber sido golpeada, y dopada.
Pese a que en primera instancia la mujer no quiso declarar porque dijo tener miedo y haber sido amenazada para no realizar una denuncia, medio peruanos recogieron la declaración que posteriormente le dio a la fiscalía.
“El día 19 de octubre, en horas de la tarde, presenté un sangrado (...), por tanto, decidí ir a la clínica Internacional de San Borja, comunicándome con mis padres, quienes me manifestaron que se encontraban como a 50 minutos de mi casa, por lo que les digo que mejor me den el alcance en la clínica. Asimismo, hablé a mi pareja Ramiro Gálvez, a quien también le indico que me alcance en la clínica”, narró.
"Desperté en un cuarto donde se encontraban dos varones y yo me encontraba en el piso. Empecé a pujar hasta que nace mi hija y no lloraba. Luego, me quedé dormida por un tiempo de tres horas”, continuó.
“Un varón me indica que me vaya, que si los denunciaba, iban a matarme a mí y a mi familia, y que, si no los denunciaba, me iban a devolver el cuerpo de mi hija... Salí por un descampado y caminé unas 10 cuadras, llegué a un lugar oscuro donde me senté y se me acercó una persona de sexo masculino, indicándome que si quería marihuana, a quien le pregunté la dirección y me indicó que era el paradero 8 de Nueva Esperanza”, agregó.
Desde la familia solo hablaron un tío y una prima de la mujer, quienes dijeron que no les constaba que Sevilla estuviera embarazada, y pidieron esclarecer los hechos.