Aunque voceros de los servicios de inteligencia estadounidenses citados por la agencia de noticias Reuters alegan que Corea del Norte está en capacidad de fabricar motores para misiles sin depender de la importación de maquinaria o tecnología extranjera, un estudio realizado por un think tank británico citado en un reportaje del diario The New York Times apunta a la posibilidad de que motores de cohetes ucranianos hayan llegado a manos de Pyongyang a través de redes ilícitas.
Este martes, el fabricante de misiles ucraniano Yuzhnoye admitió que ese escenario no debía descartarse, señalando que copias de sus motores pueden haber terminado en Corea del Norte. "Nuestros motores son muy bien valorados y se utilizan en todo el mundo”, declaró Alexander Degtyaryov, un portavoz de Yuzhnoye, en entrevista con el sitio web strana.ua.
"Quizá han conseguido hacer copias en algún lugar”, agregó, desestimando, eso sí, que un empleado de Yuzhnoye haya cooperado con Pyongyang.
Según The New York Times, la compañía estatal Yuzhnoye ha pasado por "tiempos duros” desde la salida del poder del presidente ucraniano prorruso Vikor Yanukovich, cuando "los rusos cancelaron mejoras de su flota nuclear”.
A juicio de expertos citados en el informe sobre el cual se basó el reportaje del diario, la fábrica "es la fuente más probable de los motores que en julio permitieron realizar las dos pruebas con (misiles intercontinentales) ICBM”, que fueron los primeros indicios del poder balístico de Corea del Norte.
Tras la pista de los RD-250
En cambio, Degtyaryov recordó que Ucrania había condenado a dos ciudadanos norcoreanos en 2012 bajo los cargos de intento de espionaje.
En todo caso, el periódico The New York Times especula que el acceso de Corea del Norte a componentes de misiles ucranianos explicaría los rápidos avances del país asiático en la construcción de sus misiles intercontinentales.
La materia es delicada y el Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania se apresuró a negar que la exrepública soviética hubiera vendido tecnología a Pyongyang.
"Ucrania nunca ha suministrado motores de cohetes o cualquier otra tecnología misilística a Corea del Norte”, aseguró el secretario Oleksandr Turchynov el pasado lunes.
A sus ojos, la información obtenida por The New York Times es falsa y fue puesta en circulación por la Federación Rusa.
"Creemos que esta campaña antiucraniana fue impulsada por los servicios secretos rusos para encubrir su participación en los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte”, sostuvo Turchynov. Dos días más tarde, el caso se ha complicado.
La agencia espacial ucraniana confirmó este martes que el tipo de motores supuestamente usados en misiles norcoreanos fueron fabricados en Ucrania para el uso exclusivo en cohetes espaciales rusos.
Un reporte del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, sus siglas en inglés) sugiere que el régimen de Kim Jong-Un abandonó los esfuerzos por modificar el motor de cohete ruso OKB-456 y ha optado por trabajar con los RD-250, fabricados alguna vez por Ucrania.
Ucrania-Rusia-Corea del Norte: ¿ilícita transferencia?
El IISS acotó que esos motores pueden haber sido comprados por empleados corruptos en Rusia o Ucrania y contrabandeados hacia Corea del Norte a lo largo del último cuarto de siglo; el colapso de la Unión Soviética en 1991 puede haber facilitado la operación, señala el IISS.
"Los motores RD-250 fueron fabricados en la empresa estatal ucraniana Yuzhnoye hasta el año 2001”, le dijo Yuriy Radchenko a la prensa.
Radchenko, jefe de la agencia espacial ucraniana, especificó que esos motores se usaron en 233 cohetes espaciales Ciclón-2 y Ciclón-3 producidos por encargo de Rusia.
Radchenko añadió que, según la información de la que dispone Ucrania, "Rusia todavía tiene entre siete y veinte” cohetes Ciclón y puede hacer lo que quiera tanto con los motores como con los planos para su construcción. Los rusos "tienen estos motores y tienen los documentos.
Ellos pueden proveerle estos motores a quienes ellos quieran”, enfatizó el director de la agencia espacial ucraniana.
Aparte de China, Rusia es el país que cultiva las relaciones diplomáticas más estrechas con Corea del Norte.
Pyongyang probó un misil de largo alcance a comienzos de julio que, al menos en teoría, era capaz de alcanzar el territorio estadounidense de Alaska.
Como respuesta a ese ensayo, la comunidad internacional intensificó las sanciones que ya pesaban sobre el país asiático.
Pero eso no impidió que, en las últimas semanas, Pyongyang amenazara con un ataque nuclear a Estados Unidos y a sus aliados, Corea del Sur y Japón.