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El vicepresidente de Cataluña, Oriol Junqueras, dijo que su gobierno regional tiene un arma para usar en la lucha por la independencia que todavía no ha explotado: aprovechar la necesidad de España de hacer pagos de deuda.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, finalmente tendrá que dejar que el gobierno pro secesión de Cataluña controle la recaudación de impuestos porque necesita su ayuda para garantizar que el Estado español pueda sostener su deuda pública de 1,2 billones de euros (US$1,4 billones), dijo en una entrevista Junqueras, quien también es el responsable de la política económica de la región.
"Estamos convencidos de que el gobierno español no tiene ningún interés en aparecer como alguien que no respeta sus compromisos con terceros", dijo Junqueras, quien está a cargo de las políticas presupuestaria y económica. Esos terceros podrían incluir "inversores en bonos", dijo.
Junqueras tiene mucho camino por recorrer para convencer a los inversores en bonos de que su lectura de la política de poder es más astuta que la de Rajoy. El mes pasado, el poder de los rebeldes sobre los presupuestos dio un paso atrás cuando la Secretaría de Hacienda del Estado asumió el control de los pagos públicos y estableció medidas de protección contra el uso del dinero de los contribuyentes para financiar el separatismo.
Mañana, España planea invocar un oscuro artículo de la Constitución para tomar un poder más uniforme del gobierno en Barcelona.
Al mismo tiempo, sin embargo, Junqueras habla por su Gobierno. El Parlamento de la región aprobó el mes pasado una ley de transición con los pasos previstos para separarse de España, que deja la responsabilidad de pagar su parte de la deuda nacional hasta las futuras negociaciones. Si bien la ley fue suspendida por el Tribunal Constitucional de España, el Parlamento catalán no la ha rescindido.
Recaudación de impuestos
"Seremos garantes de los servicios sociales siempre que tengamos la capacidad de recaudar impuestos", dijo Junqueras. Señaló que el Gobierno central no tiene los medios para proporcionar los servicios a los que los ciudadanos tienen derecho.
La economía regional más grande de España proporciona alrededor del 20 por ciento de la producción del país, por lo que el Gobierno central necesita la contribución de los catalanes para el servicio de la deuda nacional, que coincide aproximadamente con el tamaño de su economía de 1,1 billones de euros. Según la ley española, el Gobierno central recauda la mayoría de los impuestos y luego distribuye los fondos a las administraciones regionales.
Los esfuerzos previos de Cataluña para aprovechar la carga de deuda pública de España no han funcionado. Su campaña de presión fue socavada ya que la economía española ha estado creciendo fuertemente durante años y el país se ha beneficiado de las tasas de interés ultrabajas creadas por las políticas de estímulo sin precedentes del Banco Central Europeo desde 2012.
El Gobierno catalán ya está a cargo de servicios básicos como salud, educación, policía y cárceles. Quiere que España entregue toda la recaudación de impuestos en un acuerdo para garantizar su independencia. A cambio, Cataluña garantizaría que los servicios públicos continuarían, dijo Junqueras, y asumiría una parte de la deuda nacional española.