Militares veteranos "abandonados" en Hong Kong quieren su pasaporte británico
AFP
"Abandonados" por Londres tras la retrocesión de Hong Kong en 1997, los veteranos hongkoneses del ejército británico reclaman el derecho a vivir en Gran Bretaña, preocupados por la creciente influencia de China en la antigua colonia.
Con el apoyo de diputados de Westminster, tres veteranos dirigen una campaña en nombre de cientos de ex militares de la Corona deseosos de obtener un pasaporte británico. Recabaron cientos de firmas y entregaron la petición a la oficina del primer ministro británico.
"Es un derecho legítimo", defiende uno de ellos, Harry Wong, de 50 años, ex oficial de la Policía Real Militar.
Su sección, como el resto de las unidades del ejército británico en Hong Kong, fue disuelta en 1996, un año antes de la llegada del Ejército Popular de Liberación a este enclave que había sido conquistado por los ingleses en 1841.
Quinientos miembros locales de las fuerzas armadas, seleccionados según un sistema de puntos, recibieron un pasaporte en los años 1990. Los otros, la mayoría de bajo rango, tuvieron que resignarse a ver los barcos partir.
"Nos abandonaron", lamenta Alain Lau, ex adiestrador de perros de 52 años, portavoz de la "Campaña por los soldados sino-británicos abandonados".
Casi 18 años después de la retrocesión, son muchos en Hong Kong los que rechazan que Pekín se inmiscuya cada vez más en los asuntos internos de este territorio que, en virtud de los acuerdos firmados con Londres, goza de una amplia autonomía y de una libertad de expresión inexistente en el resto de China.
Hoy, los ex miembros hongkoneses del ejército británico aseguran que quieren proteger a las jóvenes generaciones de lo que ellos consideran una amenaza.
"Un día, Hong Kong quizá no sea el mejor lugar para ellas. La situación política es bastante caótica en este momento", señala Wong, padre de una niña de cinco años.
Morir por el país
El diputado británico Andrew Rosindell apoya a los veteranos y se convirtió en su portavoz en la Cámara de los Comunes el mes pasado.
"Estos hombres leales no decidieron pasar a la República Popular de China en junio de 1997: no hubo ningún referendo de autodeterminación para ellos", al contrario de lo que ocurrió en ciertas colonias del Imperio, denunció.
El ministro de Inmigración, James Brokenshire, descartó cualquier compromiso, argumentando una práctica "antigua" válida para todos los antiguos territorios de su Majestad que recobraron su soberanía.
Antes de la retrocesión, Londres había dado la nacionalidad a 50.000 personas, principalmente ejecutivos y altos cargos de la administración colonial.
A los demás, se les propuso un estatus de "Británico de ultramar", del que hoy disfrutan unos 400.000 hongkoneses, que pueden viajar a Gran Bretaña sin visa y utilizar los servicios consulares en el extranjero, pero no vivir en suelo británico.
"Prestamos juramento de fidelidad a la Reina. Habríamos podido morir por el país en caso de guerra", destaca un excaporal de un regimiento de infantería, Fung Lit-Kau.
Tommy Poon, que pasó 22 años en el Cuerpo Real de Transporte, recuerda que los Gurkhas, soldados de origen nepalí que sirvieron a la corona en los grandes conflictos, obtuvieron la nacionalidad en 2006.
"¿Por qué nosotros no?", se pregunta el hombre, de 74 años.