AFP
La polémica conversación telefónica del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, con la mandataria de Taiwán, Tsai Ing-wen, fue solo una "llamada de cortesía", dijo el domingo el vicepresidente electo, Mike Pence.
"No fue nada más que aceptar una llamada de cortesía de una líder electa democráticamente", dijo Pence a la cadena ABC News, sobre la conversación el viernes entre Trump y la presidenta de Taiwán. La conversación rompió con décadas de una política diplomática de Estados Unidos y creó un serio riesgo de una fisura con China.
Washington rompió formalmente relaciones diplomáticas con la isla en 1979 y reconoce a Pekín como el único gobierno de "una sola China", aunque mantiene vínculos amistosos, no oficiales, con Taipei.
China considera a la autónoma Taiwán como parte de su propio territorio y espera que en algún momento se reunifiquen, y cualquier movimiento de Estados Unidos que insinúe su independencia, incluso una llamada de la presidenta Tsai, la cual fue anunciada por Trump en Twitter, supone una gran ofensa a China.
Los medios estatales chinos dijeron que la "inexperiencia" de Trump lo llevó a aceptar la llamada telefónica, pero alertaron que cualquier alteración de la política de "Una sola China" podría "destruir" la relación con Estados Unidos.
Trump dejará claros sus planes
Kellyanne Conway, asesora de Trump, dijo en declaraciones a "Fox News Sunday" que su jefe es "muy consciente" de la política de Washington de "una sola China".
"Esto fue (...) sólo una llamada telefónica. Una señal de que acepta una llamada de felicitación", dijo Conway.
"Sé que China tiene una perspectiva diferente sobre esto. La Casa Blanca y el Departamento de Estado probablemente tienen su propio punto de vista. El del presidente electo es aceptar una llamada de felicitaciones", indicó.
"Cuando asuma como comandante en jefe, dejará totalmente claro cuál es su plan. Pero la gente no debería hacer una lectura que vaya más allá de esto", dijo la asesora.
Desde la sorprendente victoria de Trump el 8 de noviembre pasado, el candidato electo ha aceptado felicitaciones de numerosos líderes, incluidos los primeros ministros o presidentes de Israel, Japón y China, dijo Conway.
Trump "no está haciendo política o anunciando el fin de una política en el mundo. Sólo está atendiendo llamados telefónicos", añadió.
"Conocemos (la política de) 'una sola China'. Él la conoce. Está informado de manera permanente sobre estos asuntos".
Durante su campaña, Trump criticó de manera severa la política comercial de China, a la que acusó de manipular su moneda para estimular sus exportaciones, incurriendo en una competencia desleal con las empresas estadounidenses.
Los constantes ataques a Pekín hicieron más creíble la posibilidad de un cambio de la política estadounidense hacia Taiwán.
Taiwán se separó de facto de la China comunista y nombró un gobierno independiente en 1949, pero Pekín la considera aún parte de su territorio.
El viernes la Casa Blanca señaló que Washington ha apoyado siempre la política de "una sola China", que condujo a Estados Unidos a romper a finales de la década de 1970 relaciones diplomáticas con Taiwán, manteniendo con ella estrechos vínculos económicos.
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