La canciller Angela Merkel se niega a participar en persona en la cumbre del G7 en Estados Unidos en junio, tal y como propuso el presidente estadounidense Donald Trump, debido a la pandemia de coronavirus, confirmó el sábado a la AFP un portavoz del gobierno alemán.
"Por ahora, teniendo en cuenta la situación general de la pandemia, ella no puede aceptar una participación en persona, un viaje a Washington", declaró un portavoz del gobierno alemán en Berlín, confirmando las informaciones adelantadas por la web estadounidense Politico.
"La canciller federal agradece al presidente Trump su invitación a la cumbre del G7", agregó.
Merkel, científica de formación, es la primera dirigente del G7 (Japón, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Francia, Alemania e Italia) en declinar formalmente esta invitación.
La canciller está más expuesta a la covid-19 debido a su edad, 65 años, la misma que el primer ministro japonés Shinzo Abe.
Estados Unidos, con más de 100.000 muertos y 1,7 millones de contagios, es el país más castigado por el virus del mundo.
En un primer momento, la Casa Blanca dijo a mediados de marzo que renunciaba, debido a la pandemia, a reunir en persona a los jefes de Estado y de gobierno del G7 y se decantaba por una cumbre virtual.
Pero la semana pasada, Trump, de 73 años, anunció que una cumbre tendría lugar en junio "esencialmente en la Casa Blanca", aunque algunos encuentros se podrían organizar en la residencia presidencial de Camp David, en el Estado vecino de Maryland.
El mandatario, que tiene en el punto de mira las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, quiere hacer de esta cumbre del G7 con los dirigentes presentes un símbolo de la normalización en el país, con vistas a reactivar una economía por los suelos que podría costarle caro en los comicios.
El viernes, la Casa Blanca afirmó que Trump y el primer ministro británico, Boris Johnson, quien estuvo gravemente enfermo de covid-19, habían hablado y estaban de acuerdo en "la importancia de reunir al G7 en presencia de los dirigentes próximamente".
Las primeras reacciones de los dirigentes a la propuesta de Trump fueron más bien prudentes. El presidente francés, Emmanuel Macron, y el del Consejo Europeo, Charles Michel, dijeron estar dispuestos a participar "si las condiciones sanitarias lo permiten". El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló que se tenían que examinar "las recomendaciones de los expertos".