Una joven de 16 años y su pareja son acusados de haber arrojado, en septiembre pasado, a su bebé recién nacido al río Besós, en Barcelona, España. El hecho que provocó la muerte a la criatura recién nacida tuvo este jueves un nuevo antecedente que asegura que la madre pidió ayuda a servicios municipales para practicar un aborto al inicio del embarazo.
La historia que es recogida por El Periódico de Catalunya cuenta que la joven acudió el 13 de marzo de 2019 a un punto de información Salut Jove (Salud Joven) de los servicios de L’Hospitalet Llobregat, donde contó que estaba embarazada de dos o tres meses y quería abortar.
Sin embargo, según el medio, la educadora social que la atendió le dijo que por ser menor de edad necesitaba la autorización de sus padres para poder interrumpir su embarazo, a lo que la joven habría respondido que ellos no estaban en el país, sino que había viajado a Bolivia.
La mujer le recomendó ir a un centro médico y explicar su situación, pero aparentemente nunca lo hizo y no pudo interrumpir su embarazo.
Desde 2010 España aprobó una ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo durante las primeras 14 semanas de gestación.
Los adolescentes padres de la criatura habrían llevado el embarazo en secreto y el parto habría sido en el cuarto de una pensión que arrendaron sólo para el momento, sin ninguna asistencia sanitaria.
Según consigna el medio catalán el joven se habría llevado el bebé al río mientras la madre pensaba que lo iba a dar en adopción. Cuando él intentaba enterrar al bebé en la rivera, fue sorprendido por unos testigos, por lo que lanzó al recién nacido al mar.
El joven fue detenido y está en un centro de reclusión con la medida cautelar, mientras que la policía de la ciudad demoró tres días en encontrar el cadáver.