Si bien el coronavirus ha afectado duramente a la humanidad, es posible rescatar algunas cosas positivas generadas en las instancias adversas. Entre ellas, la vocación de los trabajadores de la salud que han luchado incansablemente por mantener controlada la pandemia en sus distintos niveles de acción.
Desafortundamente, no todos los médicos, doctoras o enfermeros han salido con vida.
Ese fue el caso del neurocirujano brasileño de 32 años, Lucas Augusto Pires. De acuerdo al diario Estado de Minas, el profesional sufrió un fuerte agravamiento en su estado de salud, pero antes de partir a la UTI del Hospital Maringá, en el estado de Paraná, dejó un emotivo mensaje a sus amistades.
"Estaré incomunicado, pero desde ya agradezco a los amigos por sus oraciones. Me contagié haciendo lo que amo, cuidando de mis pacientes con amor y dedicación. Lo haría de nuevo", escribió en su Facebook.
"Sé que mi Dios está sobre todas las cosas, que sus caminos y propósitos son siempre justos y perfectos y que al final todo contribuye en conjunto para el bien de aquellos que aman a Dios, de aquellos que son llamados según su propósito", añadió.
Pires murió ese mismo día.
Su hermana Gabriela, posterior a su muerte, dio una entrevista al medio G1, donde expresó que "Este virus es muy traicionero, nunca había sido hospitalizado, no tenía ninguna enfermedad asociada. Luchó por la vida hasta el último minuto. Todo esto fue muy aterrador para nosotros".