Por AFP
La primera ministra británica, Theresa May, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, acordaron este lunes "acelerar en los próximos meses" los esfuerzos para alcanzar un pacto sobre el Brexit, antes de la cumbre europea del jueves y el viernes.
Aunque el gabinete de la primera ministra insistió en que esa reunión está prevista desde hace semanas, el viaje de May a Bruselas dio una impresión de carácter de urgencia, tras una última ronda de negociaciones decepcionantes sobre el Brexit.
En un breve comunicado conjunto emitido tras el encuentro, ambos responsables indicaron que "la cena de trabajo tuvo lugar en un ambiente amable y constructivo".
"La primera ministra y el presidente de la Comisión Europea revisaron los progresos realizados hasta ahora en las negociaciones del artículo 50 y acordaron que esos esfuerzos deberían acelerarse en los próximos meses", recogía el comunicado, que aludía a la cláusula que activan los Gobiernos de los países que desean dejar la Unión Europea.
En la cena también participaron el ministro británico encargado del Brexit, David Davis, y el jefe negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier.
En su comunicado, May y Juncker afirmaron haber mantenido "conversaciones extensas y constructivas sobre los desafíos europeos y mundiales actuales", incluido su "interés común en preservar el acuerdo sobre el programa nuclear iraní" y "su trabajo para reforzar la seguridad de los ciudadanos de Europa, principalmente combatiendo el terrorismo".
Antes de la cena, al ser preguntado acerca de sus expectativas, Juncker se había limitado a comentar: "veré a May esta noche, hablaremos, y ustedes verán en la autopsia".
"Un tigre en el motor"
Hay que "poner un tigre en el motor" de las negociaciones, había lanzado este lunes el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, al margen de una reunión con sus homólogos de la UE en Luxemburgo. Reino Unido. Agregó que está dispuesto "a emprender conversaciones serias sobre la futura relación".
El jueves, Michel Barnier cerró la nueva sesión de conversaciones con el equipo británico lamentando "el punto muerto preocupante" en lo tocante a la cuestión financiera.
Oficiosamente, Bruselas considera que el monto de la factura debe oscilar entre los 60.000 y los 100.000 millones de euros. "Deben pagar", recalcó Juncker el viernes, acentuando la presión.
Este tema, junto con el destino de los expatriados y las consecuencias del Brexit para Irlanda, son los tres asuntos prioritarios para los que la UE exige "progresos suficientes" antes de empezar a hablar más profundamente de la futura relación con el Reino Unido.
A causa de este estancamiento, Barnier había advertido que él no será "capaz" de recomendarle a los dirigentes de los 27 que pasen a la fase siguiente de las conversaciones sobre la futura relación comercial durante la cumbre del jueves y viernes en Bruselas.
Pero, como muestra de buena voluntad, los europeos sí podrían comprometerse a iniciar "conversaciones preparatorias internas" sobre esta futura relación, según un proyecto de conclusiones de la cumbre.
Según fuentes europeas, esto permitiría ofrecer garantías a los británicos a la espera de la cumbre de diciembre, y empezar a trabajar sobre la idea que ya avanzó May de un periodo de transición de dos años tras la fecha prevista del Brexit, a finales de marzo de 2019.
Un avance en las negociaciones podría servirle a May para mejorar su imagen a nivel interno. Debilitada por su revés en las legislativas de junio.
La mandataria debe responder a las expectativas de unos y otros en el Reino Unido sobre la salida de la UE, empezando por algunos 'brexiters' que le piden que mantenga una línea dura frente a Bruselas.