Se ha ganado el apodo de "polizón en serie", porque la estadounidense, Marilyn Hartman (66 años), ha viajado a distintos destinos nacionales e internacionales por avión sin contar con pasaje ni pasaporte.
Cuenta con un largo historial de intentos -unos fallidos, otros no- de colarse en las cabinas de los aviones. Esta vez, logró completar su trayecto ilegal más ambicioso, que significaba cruzar el Atlántico. Pero no consiguió ver el Big Ben o el London Eye en la capital londinense.
Porque cuando llegó a Londres (Inglaterra), las autoridades migratorias de Heathrow le negaron la entrada al país y la devolvieron al lugar de procedencia: el aeropuerto O'Hare de Chicago. A su regreso fue arrestada y puesta a disposición judicial.
Esta no es la primera vez que Hartman ha sido detenida por eludir la seguridad aeroportuaria. Ya lo había hecho en Chicago y en los Estados de California, Arizona y Florida.
Hartman se ha justificado diciendo que no tiene hogar y se siente más segura en los aeropuertos que en las calles.
Pago de fianza y evaluación psicológica
Residente en Grayslake (37 millas de Chicago), Hartman, fue acusada de robo e invasión a la propiedad, también por haber entrado en áreas restringidas del aeropuerto sin justificación.
Este jueves se presentó ante la corte y el juez Donald Panarese determinó el pago de una fianza de 10.000 dólares. Además, le ordenaron mantenerse alejada de los aeropuertos de la Ciudad de los Vientos y deberá someterse a una evaluación psicológica, según Univisión.
La autoridad judicial hizo hincapié sobre todo en la orden de no pisar aeropuertos. "La cárcel no es divertida”, le comentó. "Sí, señor. Sí, su señoría", le respondió ella. Los cargos no ameritaban encarcelamiento.
En febrero de 2014, Hartman llegó a ocupar un asiento en un vuelo con destino a Hawai en el Aeropuerto Internacional de San Francisco, pero fue descubierta cuando apareció el titular del boleto. La sacaron del avión antes del despegue.
En aquella instancia, afirmó que tenía una enfermedad no reconocida llamada "síndrome de trauma del denunciante" y, como denunciante, el FBI la obligó a huir de su casa y la dejó sin hogar, dijo.
Después, en 2015, la mujer logró viajar de Minnesota a Jacksonville y se instaló en un resort de lujo de esa ciudad de Florida, reportó el diario The Washington Post.
En esa ocasión también la detuvieron. Según este diario, en la Oficina del Alguacil del Condado de Nassau, Florida,recibió el apodo de "polizón en serie".
En 2016, fue sentenciada a seis meses de arresto domiciliario y sometida a un periodo de dos años de libertad condicional en una institución de salud mental.
Todos estos intentos ha llevado a que la Autoridad para la Seguridad en el Transporte (TSA) se cuestionen cómo la mujer pasó por sus puestos de control sin tarjeta de embarque ni pasaporte y, como -afirman en un comunicado- se tomaron “acciones inmediatas para revisar las prácticas de seguridad a través del aeropuerto”.
