Centenares de opositores al gobierno argentino marcharon el sábado por el centro de Buenos Aires bajo el lema "Defendamos la República" en el Día de la Independencia.
"Argentina sin Cristina", fue otra de las consignas entonadas por los manifestantes, en alusión a la vicepresidenta Cristina Kirchner, líder de un sector de centroizquierda del gobierno del presidente peronista Alberto Fernández.
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La vicepresidenta, titular del Senado y expresidenta dos veces entre 2007 y 2015, mantiene una pugna con Fernández, a quien apoyan sectores de centroderecha del peronismo y gobernadores provinciales.
Las discusiones internas del gobierno se centran en cómo enfrentar una inflación anual que supera el 65%, una de las mayores del mundo, y una caída del poder adquisitivo de los trabajadores y la clase media que provocó en 2021 una derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de medio término.
La movilización opositora fue convocada a través de las redes sociales por activistas y dirigentes de Juntos por el Cambio (alianza centroderechista).
La caminata desembocó en la Plaza de Mayo, frente a la sede gubernamental. Argentina atraviesa una crisis por la tensión cambiaria por una fuerte devaluación de la moneda.
La incertidumbre desató remarcaciones de precios de productos de primera necesidad en más de 30% esta semana.
Más temprano, la Plaza de Mayo fue ocupada por centenares de activistas de los partidos del Frente de Izquierda, también en oposición al gobierno.
"Hoy movilizamos junto a toda la izquierda por la anulación del acuerdo con el FMI y para que se tomen medidas de soberanía en defensa de las mayorías sociales", dijo a la prensa una de sus dirigentes, Manuela Castañeira.
Tras la renuncia al Ministerio de Economía de Martín Guzmán hace una semana, asumió la economista Silvina Batakis, quien reafirmó que el gobierno mantendrá su acuerdo con el FMI.
El país mantiene con el organismo multilateral un programa destinado a refinanciar préstamos por 44.500 millones de dólares, contraídos cuando gobernaba la coalición Juntos por el Cambio entre 2015 y 2019.
El actual gobierno argentino, con Guzmán a la cabeza, y el FMI acordaron reestructurar la deuda de este plan, un texto aprobado por el legislativo.