El gobierno de Venezuela participará en la fase 3 para el desarrollo de la vacuna Sputnik V contra el COVID-19, desarrollada en Rusia, informó el presidente Nicolás Maduro este domingo.
"Venezuela se incorpora a la vacuna rusa, en los próximos días pediremos los voluntarios que hacen falta para ponerse la vacuna y participar por Venezuela en la fase 3 del Sputnik V", dijo Maduro en una conexión telefónica con la comisión presidencial para el COVID-19.
La decisión, según detalló, fue tomada tras una "reunión importante" entre el ministro de Salud venezolano, Carlos Alvarado, y "la comisión de científicos rusos que está llevando adelante la vacuna Sputnik V".
Ordena reconfinamiento
Maduro también ordenó este domingo retomar el confinamiento reforzado por una semana en todo el país, en medio de una escalada de los contagios.
"¡Todos a prepararnos para siete días de cuarentena verdaderamente radical!", expresó en un pase telefónico transmitido por la televisora gubernamental.
Venezuela acumula 45.868 casos confirmados y 381 fallecidos por el nuevo coronavirus, según cifras oficiales. El confinamiento está vigente desde mediados de marzo en el país de 30 millones de habitantes.
El pasado 15 de agosto, Rusia comenzó a producir su primera vacuna contra COVID-19, bautizada como Spútnik V y que ha sido recibida con recelo por la comunidad científica internacional debido la velocidad de los ensayos y la poca información sobre el fármaco.
Segunda vacuna rusa en octubre
Las autoridades rusas prevén registrar en los próximos dos meses una segunda vacuna contra el COVID-19, que actualmente está desarrollando el centro de investigaciones Véktor, situado en Novosibirsk (Siberia).
Por su parte, el saliente embajador de Rusia en Nicaragua, Andrei Budaev, confirmó el viernes los planes de producir la Sputnik V en un laboratorio en Managua.
El diplomático recordó que en la capital nicaragüense existe la planta de producción de vacunas Rusia-Nicaragua, bautizada con el nombre de Elie Méchnikov en honor al microbiólogo ruso reconocido como uno de los propulsores de la inmunología, que es con el que coordinarían el papel de Nicaragua en las vacunas rusas.