Por AFP/T13.cl
Edouard Philippe, de 46 años, el elegido por Emmanuel Macron como primer ministro de Francia, es conocido por su condición moderada dentro del partido Los Republicanos, representante de la derecha gala, que en las últimas elecciones llevó como candidato a Francois Fillon, el favorito caído en desgracia.
Se desempeñaba como alcalde y diputado de la ciudad portuaria de Le Havre, por lo que se trata de un desconocido para el público en general, al que espera ganarse haciendo gala de las cualidades que más se repiten para definirlo, "moderno" y "brillante", y evitando no sucumbir a sus características más negativas, como la arrogancia y el exceso de confianza.
Pertenece al círculo del ex primer ministro conservador Alain Juppé, de quien algunos le atribuyen el mismo estilo a veces seco y cortante.
Este ex militante del socialismo moderado, alto, barbudo, de mirada intensa y frente despejada, casado y con tres hijos, tiene un perfil ultraclásico y muy similar al del mismo Macron: estudios en el Instituto de Ciencias Políticas, buenas calificaciones a la salida de la Escuela Nacional de Administración (ENA), que forman a las élites dirigentes en Francia.
Durante la campaña presidencial, a través de su columna en el diario de izquierda Libération fue crítico con la imagen que representaba el nuevo mandatario.
Varios de los comentarios que escribió iban en el tono de estos: "En estos momentos camina sobre las aguas. Cura a los ciegos, multiplica los panes, extiende la buena palabra" o "¡Reivindica su inmadurez! El país debe elegir a un capitán de barco ante una tormenta, y Macron nos dice: 'Soy la persona adecuada: nunca he subido a un barco pero he visto muchos'".
Quizás si la labor más importante que deberá asumir Philippe sea la de lograr la mayoría en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas de junio, acercando a los partidarios de Los Republicanos.
Esta es la primera elección de Macron, quien asumió el domingo. Para mañana se espera que nombre al resto del gabinete.