El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este lunes que se asustó con las advertencias del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien afirmó que una victoria opositora en las elecciones del domingo se traduciría en un "baño de sangre".
"Me asusté con las declaraciones de Maduro, de que si él pierde las elecciones habrá un baño de sangre. Quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre", afirmó el veterano político en alusión al golpe que significa perder unos comicios.
"Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas (en el poder). Cuando pierdes, te vas. Y te preparas para disputar otra elección", añadió Lula al responder una pregunta sobre el proceso electoral venezolano durante una conferencia de prensa con agencias internacionales en Brasilia.
Kamala Harris acepta candidatura presidencial y dice que si gana, buscará mejorar a la clase media
"Espero que eso sea lo que pase, por el bien de Venezuela y por el bien de América del Sur".
El país caribeño celebra el domingo unas elecciones presidenciales que representan el mayor desafío para el chavismo en sus 25 años en el poder, con una oposición que por primera vez aparece favorita.
Maduro: Respetar las elecciones
Maduro, de 61 años, presidente desde 2013 y aspirante a un tercer mandato de seis años, planteó el proceso como una elección entre "paz y guerra", y dijo que una victoria opositora podría desencadenar un "baño de sangre".
"Ya hablé con Maduro dos veces (...), él sabe que la única forma de que Venezuela vuelva a la normalidad es que haya un proceso electoral respetado por todos", prosiguió Lula.
Para contribuir a que "las personas que salieron del país vuelvan y se establezca un estado de crecimiento económico", Maduro "tiene que respetar el proceso democrático", añadió el mandatario brasileño.
Lula subió el tono recientemente al criticar una serie de obstáculos a la oposición por parte de la autoridad electoral venezolana, de línea oficialista, y pedir una mayor observación internacional luego de que la Unión Europea (UE) fuera impedida de observar los comicios.
El mandatario confirmó este lunes que su gobierno enviará a dos representantes de la corte electoral brasileña y a su asesor en asuntos extranjeros, Celso Amorim, para observar el proceso en el país vecino.
Lula ha llamado por otra parte a que se levanten las sanciones internacionales que pesan sobre Venezuela.
A principios de julio, dijo que espera que los resultados del próximo domingo sean reconocidos "por todos" y que esto permita el rápido retorno de Caracas al Mercosur, que la suspendió en 2017.
Elecciones "civilizadas" en EEUU
Tras la renuncia de Joe Biden como candidato a la presidencia de Estados Unidos, Lula dijo esperar que la elección ocurra de la forma "más civilizada posible".
"Sea (el vencedor) un candidato demócrata, sea (el republicano Donald) Trump, nuestra relación será una relación civilizada entre dos países importantes. (...) Espero que la disputa se dé de la forma más civilizada posible, que no haya bajo nivel, espero que no pase nada que pueda colocar el símbolo de la democracia en riesgo", afirmó el brasileño.
Las dudas sobre la salud de Biden, de 81 años, y su capacidad para vencer a Trump en las urnas hicieron que tirara la toalla cuando falta poco más de tres meses para las presidenciales.
La favorita para ocupar el lugar de Biden como aspirante demócrata es la vicepresidenta, Kamala Harris.
Relación turbulenta con Milei
Lula también dijo que espera tener una relación "civilizada" con Argentina.
El presidente ultraliberal, Javier Milei, calificó recientemente a Lula como un "zurdito" con "el ego inflamado" y se negó a disculparse por declaraciones previas a su investidura en las que lo había tildado de "zurdo salvaje", "comunista" y "corrupto".
"No es una relación personal, una cuestión de amistad, no existe eso entre dos jefes de Estado", dijo Lula este lunes. "Eso es lo que espero de Argentina: una relación civilizada, creciente, y obviamente eso va a depender mucho del comportamiento del gobierno de Argentina en relación a Brasil", agregó.
Brasil también sigue de cerca la situación en Bolivia, marcada por un intento de golpe de Estado en junio.
Lula tiene previsto invitar al expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) a Brasilia para discutir la situación de su país, según fuentes de la presidencia brasileña, que no proporcionaron más detalles.
El fallido golpe profundizó aún más la ruptura en el seno de la izquierda boliviana, entre Morales y el presidente Luis Arce, su exaliado.