Alrededor de la mitad de los casos positivos y muertes por coronavirus en Italia se registran en la región de Lombardía, ubicada al noroeste del país. De acuerdo al informe diario publicado por la Organización Mundial de la Salud, hasta el 7 de abril el país europeo suma 132.779 infectados y 16.578 fallecidos por el virus Covid-19, además de 22.837 enfermos ya recuperados.
Alarmados por la falta de medidas preventivas y el colapso del sistema sanitario, según informó Corriere Della Sera, los médicos de la Federación de Órdenes de Cirujanos y Odontólogos de Lombardía enviaron una carta abierta al Gobierno de la región -presidido desde marzo de 2018 por Attilio Fontana-, con el fin de señalar "errores estratégicos que deben remediarse, de cara a una recuperación gradual de las actividades a mediano y largo plazo".
Los médicos lombardos califican de "desastrosa" la situación sanitaria en su región, incluso en comparación con "las realidades vecinas". Por eso, consideran que es clave "reconocer los fallos de la primera fase, lo que puede ser útil para un ajuste del enfoque estratégico". En esa cadena de acciones incorrectas que detectan, señalan al menos siete fallas clave.
En primer lugar, señalan que la falta de datos sobre la propagación exacta de la epidemia está bajo acusación, vinculada al hecho de que los hisopos se hicieron solo a pacientes hospitalizados y que el diagnóstico de muerte solo se refería al fallecido en el hospital.
Los datos, explican los médicos, siempre se han presentado como "número de infectados" y como "número de fallecidos" y la mortalidad calculada fue la relativa a los pacientes hospitalizados, mientras que el mundo se preguntó las razones de la alta mortalidad registrada en Italia, sin darse cuenta de que fue solo la configuración incorrecta de la recopilación de datos, lo que subestimó en gran medida el número de pacientes y discretamente el número de fallecidos.
El segundo error aseguran que es la incertidumbre en el cierre de algunas áreas en riesgo, como las de Bedrgamasca, Alzano Lombardo y Nembro, en particular.
En tercer lugar señalan "la gestión confusa de la realidad de la RSA y los centros de día para ancianos, que ha producido la propagación de la infección y un triste equilibrio en términos de vidas humanas".
El cuarto error hace referencia a "la falta de protección individual a los médicos locales y al resto del personal de salud". Esto, escriben, las batas blancas causaron la muerte de numerosos colegas, la enfermedad de muchos de ellos y la propagación probable e involuntaria de la infección, especialmente en las primeras etapas de la epidemia.
El quinto error sostienen que es "la ausencia casi total de actividades de higiene pública (aislamiento de contactos, tampones en el territorio para pacientes y sus contactos)".
El sexto error fue "el incumplimiento de los test por parte del personal de salud local y en algunas realidades de hospitales públicos y privados, con un mayor riesgo de propagación de la infección".
Por úlitmo y como séptimo error aseguran que "la falta de gobierno del territorio ha llevado a la saturación de las camas de hospital con la necesidad de retener a los pacientes en el territorio que, en otras circunstancias, deberían haber sido protegidos por la hospitalización ".
