por Abdel Hamid ZEBARI con W.G. DUNLOP en Bagdad
Las fuerzas kurdas iraquíes, apoyadas por bombardeos aéreos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, lanzaron una gran ofensiva contra el grupo Estado Islámico (EI) para recuperar la ciudad norteña de Sinjar, situada en una ruta de abastecimiento estratégica de los yihadistas.
Desde el inicio de la operación, al amanecer del jueves, los peshmergas kurdos avanzaron ante los yihadistas y bloquearon dicho eje estratégico en dirección a Siria que pasa cerca de Sinjar.
Cortar este eje, que permite a EI la circulación de material y hombres entre Irak y Siria constituiría un duro revés para los yihadistas, que actúan en ambos países.
La recuperación de Sinjar representaría también una importante victoria simbólica. Estado Islámico se apoderó de la ciudad en agosto de 2014, cometiendo atrocidades de todo tipo contra la minoría religiosa yazidí, kurdoparlante, que vivía en la ciudad.
El Museo del Holocausto de Washington estimó el jueves que las violencias contra los yazidís fueron un "genocidio", en un informe basado en testimonios recabados en el norte de Irak.
Columnas de humo se elevaban hacia el cielo tras los bombardeos de las fuerzas kurdas y de los ataques aéreos de la coalición dirigida por Estados Unidos contra posiciones de los yihadistas en Sinjar, según un periodista de la AFP
.La coalición internacional anunció que llevó a cabo 24 bombardeos el miércoles en la zona de Sinjar y ocho del otro lado de la frontera, en la región siria de Al Hol donde las Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza apoyada por Washington, combaten a EI.
'Etapa crucial'
El Consejo de seguridad de la región autónoma del Kurdistán (KRSC) indicó que hasta 7.500 combatientes participarían en la operación, destinada a retomar Sinjar y "establecer una zona tapón para proteger (a la ciudad) y sus habitantes" de los disparos de artillería. "La coalición aérea proporcionará apoyo por aire a las fuerzas peshmergas durante la operación", añadió el Consejo.
Consejeros militares estadounidenses se encuentran "en la montaña de Sinjar para ayudar" a los peshmergas "a seleccionar los blancos para los bombardeos aéreos", indicó el portavoz del Pentágono, Peter Cook.
Las fuerzas kurdas se enfrentan a unos 300-400 yihadistas en la localidad de Sinjar, estimó en Bagdad el capitán Chance McCraw, un oficial del servicio de inteligencia estadounidense. Además, EI ha construido en la ciudad una red de explosivos y trincheras.
Varios vehículos repletos de explosivos han sido blanco de los bombardeos de la coalición. Los peshmergas destruyeron otro con un misil anticarro Milan, según el KRSC.
El objetivo de la operación "es aislar Mosul", feudo de EI, aseguró el coronel Steve Warren, portavoz de la operación internacional contra EI, a los periodistas en Bagdad, refiriéndose a este bastión yihadista en el norte del país.
"Tomando Sinjar, podremos cortar esta línea de comunicación y creemos que esto afectará a la capacidad de abastecimiento de EI", añadió Warren.
Estado Islámico se apoderó en 2014 de grandes porciones de territorio al norte y oeste de Bagdad en una ofensiva desastrosa para el ejército iraquí.
'EI, paralizado'
El hecho de que la operación contra Sinjar se produzca al mismo tiempo que los ataques aéreos de Rusia en Siria para apoyar al presidente Bashar Al Asad incrementa la presión sobre el grupo yihadista.
La operación "paraliza al enemigo", que "debe tomar ahora decisiones muy difíciles" en los frentes que debe reforzar, estimó Steve Warren.
En su ofensiva de agoto de 2014 contra Sinjar, EI ejecutó a numerosos ydisfraz Centenares de mujeres disfraz fueron vendidas a los yihadistas a tratadas como esclavas sexuales, según Amnistía Internacional. La ONU denunció "un intento de genocidio".
Decenas de miles de disfraz se refugiaron en los montes Sinjar, donde pasaron semanas sin agua ni comida con un calor inaguantable.
Desde la cresta de las montañas, algunos seguían los combates el jueves. "Vine con mis dos hijos para mirar la batalla", explicó Burjis Saleh, de 60 años, que vive ahora en un campo de desplazados.
"Estoy muy contento porque ha empezado la batalla para la liberación y vamos a regresar a nuestra ciudad", se alegró Qasem Kudaida, de 34 años, que resultó heridos después de presentarse voluntario para luchar contra EI.