Corren maratones, dan clases de baile, hacen campañas de recaudación de dinero, organizan torneos de fútbol a beneficio. Son los jóvenes de Techo-Alemania, que desde hace dos años trabajan como aliados europeos de la mayor organización solidaria de Latinoamérica.
"Este equipo no es resultado de una búsqueda de expansión de la organización, sino de la valiosa iniciativa de un grupo de jóvenes voluntarios alemanes que decidieron movilizarse a causa de la realidad que conocieron en los asentamientos informales de América Latina, manteniendo el vínculo con la organización apoyando desde su país”, explica Florencia Amaro, de la oficina internacional de Techo en Chile.
El alemán Thilo Hagedorn, de 22 años, y estudiante de Geografía Humana, es uno de ellos. Se integró a Techo tras un viaje por Centro América. "Ahí conocí la realidad de los asentamientos informales, que son para mí la mayor expresión de la desigualdad en America Latina", indica. "Al regresar a Alemania quise seguir trabajando como voluntario por una causa justa y fue muy fácil apasionarme por los objetivos de Techo”, añadió.
Actualmente Thilo está en Chile haciendo una práctica de tres meses en la ONG. Al teléfono desde Santiago cuenta a DW cómo él y otros jóvenes alemanes están trabajando por erradicar la pobreza en América Latina. "Somos poco más de cien voluntarios y estamos en varias ciudades de Alemania, en grupos regionales que organizan eventos y acciones para hacer publicidad y recaudar fondos”, relata. "Esta práctica me ha permitido profundizar en la situación de América Latina como la región más desigual”, reflexiona el estudiante alemán.
Techo: de Chile al mundo
En 1997, un grupo de estudiantes, junto al jesuita Felipe Berríos, lanzó una campaña para erradicar los campamentos, como se conoce en Chile a los asentamientos informales. Conjuntos de casuchas construidas con materiales de desecho, en terrenos no urbanizados y de situación legal irregular, donde las familias viven expuestas al frío y la lluvia.
La iniciativa, conocida como "Un Techo para Chile", buscaba construir viviendas de emergencia –construcciones sencillas de madera, pero aisladas del suelo y más sólidas que lo que tenían– como una solución transitoria más digna mientras gestionaban acceder a una casa definitiva.
La campaña logró movilizar a jóvenes y familias completas, que entregaron su apoyo económico y salieron a construir las viviendas codo a codo con las personas necesitadas. El proyecto se extendió al resto de Latinoamérica y el Caribe y hoy está en 19 países con el nombre de Techo.
"Me ha llamado la atención que moviliza a jóvenes y a los que viven en los asentamientos informales a trabajar juntos para superar su situación de pobreza. Es un trabajo adaptado a la realidad de las comunidades que trabajan para mejorar sus vidas”, destaca el voluntario alemán Thilo Hagedorn.
Techo cuenta con más de 900 mil voluntarios e involucra a casi 1.500 líderes de comunidades locales. En estos 19 años se han construido más de 112 mil viviendas de emergencia y 6.700 familias han accedido a soluciones permanentes.
Techo-Alemania: campaña por Haití
Repartidos por distintas ciudades, los jóvenes de Techo-Alemania son un activo grupo que realiza acciones para recaudar fondos, dar a conocer la iniciativa, sensibilizar sobre la realidad de los asentamientos informales y atraer voluntarios.
"Con los ingresos hemos apoyado proyectos de infraestructura y educación de Techo en varios países, como Colombia, Chile, Brasil y México”, relata Thilo Hagedorn. "Este año hemos recaudado más de 10.000 euros, con lo que hemos aportado a la ayuda de emergencia después del terremoto en Ecuador”, agrega.
Con su nueva campaña buscan reunir fondos para Haití. Con esta recaudación, Techo Haití construirá viviendas para los afectados por el huracán Matthew y realizará proyectos de infraestructura y educación. El guatemalteco Estuardo Fuentes, director regional de México y el Caribe, alerta sobre la dura realidad de las comunidades del país caribeño donde ha trabajado la institución. Allí contabiliza más de 200 viviendas afectadas. "Hay construcciones totalmente destruidas, pues sus materiales eran muy precarios, y otras que si bien resistieron el paso del huracán, resultaron dañadas. Hoy las familias emplean lo que tienen a mano para poder protegerse, como por ejemplo desechos plásticos. Para esto estamos emprendiendo las primeras acciones de trabajo de construcción de viviendas transitorias”, indica Estuardo Fuentes.
La falta de un techo digno es un problema extendido en América Latina: "Hoy son más de 104 millones de personas las que residen en zonas urbanas y viven en asentamientos informales”, resalta Fuentes. "La experiencia de trabajo conjunto con quienes viven en los asentamientos ha motivado a los voluntarios a involucrarse y a llevar este mensaje de acción y transformación al otro lado del globo", destaca. "Es un trabajo muy valioso el que hacen en Alemania, sin importar la distancia, y compartiendo el sentimiento de trabajar por una sociedad más justa y sin pobreza, así como hoy lo hacen miles de jóvenes en Latinoamérica”.