La noche de este viernes llegó a Chile el cuerpo de Ilse Ojeda, la ex carabinera de 51 años que fue asesinada por su pareja Juan Valderrama en Colombia.
Los restos de la mujer fueron incinerados y luego ocultados en fosas de tres puntos de la vereda Portachuelo en Rionegro.
Una vez encontrados los restos ,las autoridades lograron hallar ciertas evidencias que apuntaron como principal sospechoso a Juan Valderrama.
El general Manuel Antonio Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, reveló al diario El Tiempo evidencia con que se logró desenmascarar a Valderrama, quien es acusado de femicidio agravado, desaparición forzada y ocultamiento de pruebas.
Uno de los datos importantes dado a conocer por el policía corresponde a la existencia de un testigo, a quién el imputado le pagó 200 mil pesos para que le ayudara a quemar una “vaca”, en una zona rural al norte de la ciudad.
Se trata de un arenero, que fue contratado para cremar el cuerpo, y que gracias a la presión de su familia, pudo denunciar a Valderrama el pasado 26 de abril.
“Fue fundamental (el testigo) pero si no se hubiera acercado a nosotros por presión de la familia hoy la condición en el proceso sería diferente (...) Él sintió una carga, una presión y su familia le dio la mejor orientación que era contar con la Policía”, dijo Vásquez.
Luego de recibir el testimonio y encontrar el cuerpo, las autoridades analizaron las cámaras de seguridad de un peaje que une Rionegro y Bucaramanga y hallaron que Juan Valderrama pasó cuatro veces por el lugar el 31 de marzo.
Sin embargo, la primera fotografía fue la pieza clave, puesto que se observa a Ilse Ojeda en el automóvil cuando pasaron por primera vez por el peaje a las 12:01 de la tarde.
En la fotografía descrita por el fiscal que lleva el caso, aparece el calzado marca “Cardinale” que usaba Ojeda con frecuencia, y que fue encontrado junto a los restos.
El general indicó que poco después de la desaparición, Juan Valderrama habría estado en discotecas de la ciudad y que mantenía un inmueble en Terrazas desde a mediados de abril, que tenía una finalidad delictiva.
“Ese inmueble no estaba alquilado para llevar a (Ilse) Amory porque él comenzó a hacer ese trámite después de que fue asesinada y aceleró el proceso para que se lo entregaran con urgencia. En ese apartamento lo que se iba a planear, desde esta irracionalidad de este criminal, eran quién sabe cuántos hechos", declaró el general.