Estados Unidos informó este martes que los arrestos de migrantes en la frontera con México cayeron un 28% en junio con respecto al mes anterior, después de que ambos países endurecieran los controles.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) dijo que la situación sigue siendo "una emergencia", con un total de 104.344 arrestos en junio en comparación con un nivel de 43.180 de hace un año.
El debate por la migración en la frontera agita la política interna estadounidense por las denuncias sobre las condiciones que sufren los migrantes en los centros en los que son confinados y es clave para México, que se arriesga a que Trump le imponga aranceles a todas sus exportaciones si no logra frenar el flujo de personas que viaja hacia el norte.
El DHS atribuyó el descenso de las aprensiones al "enfoque cabal del gobierno" después de que los arrestos llegaran a un nivel de 144.000 mensuales en mayo.
Los flujos de migrantes suelen descender en el verano boreal por las condiciones áridas de la frontera, pero el DHS atribuyó las cifras a los esfuerzos de El Salvador, Guatemala y Honduras, países de origen de las mayoría de los migrantes, y a las operaciones conjuntas con México, el territorio de tránsito.
"Desde que el gobierno alcanzó el nuevo acuerdo con México, hemos visto un sustancial incremento en la cifra de interdicciones en la frontera sur", dijo el DHS en el comunicado.
México evitó los aranceles tras acordar reforzar la seguridad en sus fronteras, y ampliar su política de recibir a los migrantes, mientras Estados Unidos procesa sus solicitudes de asilo.
"La reducción de las aprensiones se ve en todas las demografías, incluyendo menores no acompañados, unidades familiares y adultos solos", dijeron las autoridades estadounidenses.
Según las cifras, hubo un descenso de los arrestos de migrantes de los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica, especialmente de las personas provenientes de Guatemala.
El DHS y la Patrulla Fronteriza han sido fuertemente criticados por las condiciones de detención de los migrantes, especialmente a los menores de edad, y los congresistas de la oposición demócrata denunciaron las "terribles" condiciones a las que están sometidos.
La congresista Judy Chu denunció que las condiciones de detenciones eran "espantosas y repugnantes" y el propio DHS manifestó en un informe de control su preocupación por el "hacinamiento y la detención prolongada".
A finales de junio, Kevin McAleenan, secretario interino del Departamento de Seguridad Interior (DHS), dijo que las medidas para frenar la cantidad de personas que cruzan la frontera de forma irregular estaban teniendo efecto y proyectó que la caída sería de 25%.