El fiscal general de la Cámara del Crimen en Argentina, Ricardo Sáenz, presentó este jueves un dictamen donde señala que el persecutor argentino, Alberto Nisman -que fue entrado muerto en su departamento en Buenos Aires-, “fue víctima del delito de homicidio”.
Se trata de la primera vez que un fiscal asevera que Nisman fue asesinado.
Con esto, Sáenz descarta la posibilidad de que la causa de la muerte del hombre que estuvo a la cabeza del caso AMIA, haya sido el suicidio o el suicidio inducido, pasando con esto la causa al fuero federal.
Nisman apareció muerto en su departamento el 18 de enero de 2015, con un disparo en la cabeza. Horas después, el fiscal se presentaría ante la Cámara de Diputados de Argentina, para dar los fundamentos de su denuncia en que acusaba a la Presidenta Cristina Fernández ─y a otros 14 sujetos─ por el posible delito de encubrimiento del peor atentado antisemita que se ha vivido en suelo argentino.
Estos son los principales argumentos que usó Sáenz para sostener su tesis:
El arma homicida y las manos de Nisman
“Los estudios parciales realizados sobre las manos de Nisman y sobre el arma utilizada demuestran que estamos en presencia de un homicidio”, señala el fiscal en el informe, especificando que las manos del fiscal no presentaban “irregularidades” ni “restos hemáticos”.
Todo esto adquiere relevancia, considerando que el arma que produjo la muerte de Nisman, “siempre deja residuos de disparo ─deflagración ─ aún después de 20 horas disparadas, mientras que en las manos de la víctima no se encontró ninguna partícula característica de deflagración”.
“Por ende, no caben dudas ya de que no fue Alberto Nisman quien disparó el arma que le dio la muerte, lo que lleva a concluir que fue víctima de un homicidio”, agrega el fiscal.
Testimonios de sus cercanos
Otro de los argumentos que utiliza el fiscal para negar la tesis del suicidio o suicidio inducido en la muerte de Alberto Nisman, es a través de los testimonios de cercanos al fiscal.
Sáenz destaca la importancia del relato de la secretaria de Unidad Fiscal AMIA, Soledad Castro, quien llevaba varios años de trabajo en la Unidad en la que trabajaba Nisman.
“Una significativa colaboración en la elaboración de la denuncia contra la ex Presidente, el conocimiento del temor de Nisman de ser desplazado del cargo de la Unidad, y el convencimiento de que todas las amenazas sufridas por Nisman jamás le hicieron modificar su comportamiento personal ni sus decisiones profesionales”, indica el texto.
Esto, sumado a lo anterior, el fiscal lo usa para sostener que es imposible “sostener válidamente que Nisman se haya quitado la vida de forma libre y voluntaria”.
Eventos extraños: celular y computador alterados
Además de las pruebas que expone Sáenz para probar el homicidio, el fiscal detalla una serie de características cuestionable en torno a la escena del crimen.
Primero, que el departamento de Nisman habría sido limpiado,"pues sólo así se explicaría que no se encontraron huellas dactilares pertenecientes a personas distintas del occiso que visitaron el departamento horas antes de su muerte".
Segundo, que su computador personal habría sido manipulado, “ya que los eventos de registro no tienen una correlación lógica”.
Tercero, que el contenido del celular de Nisman fue borrado, ya que no se le encontraron registros telefónicos, mensajes de textos o chats de horas previas a su muerte.
Por último, el dictamen sostiene que “la presencia en el departamento de Nisman del arma que le dio la muerte no está avalada por una explicación lógica”. Y que, de hecho, las tres versiones en la causa son contradictorias y sólo podrían ser aprobadas por el mismo Nisman.