El féretro de Isabel II fue sacado del Palacio de Buckingham, tras pasar allí la noche, para ser llevado en procesión hasta Westminster, donde permanecerá cinco días en una capilla ardiente para que los británicos puedan despedirse de su difunta monarca.
La corona imperial británica fue colocada sobre el féretro durante la procesión. Se trata de una de las piezas de orfebrería cubiertas de piedras preciosas más famosas del mundo y un símbolo del poder real.
Montada sobre un marco en oro y ornada en su interior con un birrete de terciopelo púrpura, la corona imperial está decorada con 2.868 diamantes y numerosas piedras preciosas, incluidos 17 zafiros, 11 esmeraldas y 269 perlas.
Ocho militares en uniforme de gala portaron el ataúd de la monarca, fallecida el pasado jueves a los 96 años, hasta un catafalco púrpura situado en el interior del Westminster Hall, la parte más antigua del edificio que acoge el Parlamento británico.
La muerte de la reina Isabel, de 96 años, fue confirmada pasadas las 13:30 horas de Chile del pasado jueves 8 de septiembre.
"La Reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde. El Rey y la Reina Consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana", se indicó a través de la cuenta oficial de Twitter de la realeza.