AFP
Los 193 Estados de la ONU se proponen adoptar este lunes una serie de compromisos ante la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.
Esta primera cumbre de la ONU dedicada a las migraciones tiene como telón de fondo la guerra en Siria, que en cinco años ya dejó 300.000 muertos y ha llevado a cuatro millones de sirios al exilio en los saturados países vecinos o a Europa.
Hace varios días entró en vigor en Siria una precaria tregua, una cuestión que se avecina como dominante de las negociaciones al margen de la Asamblea General de la ONU, la gran cita diplomática anual, que comienza el martes.
El lunes está previsto que los dirigentes mundiales adopten solo una declaración política que insista en "el respeto de los derechos fundamentales" de los migrantes, la cooperación internacional para luchar contra el tráfico y la xenofobia, y el acceso a la educación para los niños desplazados.
Pero no contendrá objetivos específicos, ni mucho menos compromisos concretos sobre el reparto de la carga.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, había sugerido que los países acojan cada año un 10% del total de los refugiados en virtud de un "pacto mundial". Pero a lo largo de las negociaciones este objetivo desapareció, y el pacto fue aplazado hasta, por lo menos, 2018.
Para la ONG británica Oxfam, los gobiernos "sin duda se congratularán el lunes, pero sus compromisos políticos están muy a la zaga de lo que se necesitaría para abarcar el problema".
En el mundo hay 65 millones de personas desplazadas, de las que 21 millones son refugiados que huyen de las persecuciones, la pobreza o los conflictos.
Frente a esta crisis sin precedentes, "no sentimos para nada una voluntad política fuerte", dijo a la AFP la presidenta de Médicos del Mundo, Françoise Sivignon.
La directiva lamentó "la ausencia de un verdadero plan de reubicación" de los refugiados y la mención en el proyecto de declaración final "de la retención de los niños, que para nosotros no es aceptable".
Para Sivignon, la protección de los menores no acompañados, que son "extraordinariamente vulnerables", "realmente no se pone de relieve".
La Federación Internacional de la Cruz Roja recuerda que, en dos años, 7.000 hombres, mujeres y niños murieron en el mar Mediterráneo cuando intentaban llegar a Europa.
La representante de Ban en esta cumbre, Karen Abuzayd, rechazó estas críticas apuntando a la AFP que los países se comprometerán en su declaración de intenciones a alcanzar el objetivo fijado por la Agencia de la ONU para los Refugiados, que pretende reubicar al 5% del total de los refugiados.
Esto supondría 1,1 millones en 2017, frente a los 100.000 de 2015, "es decir, diez veces más", afirmó Abuzayd.
El martes le tocará al presidente estadounidense, Barack Obama, abordar la crisis migratoria de manera más concreta. El mandatario invitó a unos 40 países donantes que prometerán acoger más refugiados, darles posibilidades de educación y empleo, y aumentar la ayuda a los principales países de acogida, a menudo desbordados.
Más de la mitad de los refugiados viven en ocho países de bajos ingresos: Líbano, Jordania, Turquía, Irán, Kenia, Etiopía, Pakistán y Uganda.
Entre tanto, seis de los países más ricos del planeta (Estados Unidos, China, Japón, Reino Unido, Alemania y Francia), acogen a 1,8 millones, lo que representa apenas un 7% del total, según Oxfam.
La Unión Europea, por su parte, sigue muy dividida en esta materia, que la derecha populista ha convertido en su caballo de batalla, lo que hace que cualquier iniciativa sea políticamente arriesgada.
El gran encuentro anual de la ONU, que reúne a los dirigentes de todo el planeta, se celebrará bajo fuertes medidas de seguridad, en una ciudad, Nueva York, que el sábado fue escenario de un ataque con bomba que dejó 29 heridos y que no fue reivindicado.