El líder norcoreano, Kim Jong Un, supervisó el jueves un nuevo test de un "lanzador de misiles múltiples de grandes dimensiones", informó este viernes la agencia norcoreana KCNA, insinuando que podría ser el último de este tipo.
Pyongyang disparó el jueves, Día de Acción de Gracias, una gran fiesta para Estados Unidos, "dos proyectiles no identificados", afirmó Seúl, mientras que las negociaciones nucleares entre Pyongyang y Washington siguen estancadas.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, estimó que los disparos de misiles balísticos constituyen un "serio desafío" para la comunidad internacional.
KCNA ha publicado fotos del líder norcoreano, muy sonriente, con una gabardina de cuero negro asistiendo a la prueba mientras recibía un aplauso de los soldados.
Otra foto muestra uno de los cohetes elevándose en el cielo en medio de las llamas procedentes de un sistema de lanzamiento.
Esta prueba, "destinada a evaluar" las capacidades del sistema, "demostró la superioridad militar y técnica de este sistema de armas y su sólida fiabilidad", afirmó KCNA, agregando que Kim Jong Un expresó "su profunda satisfacción".
Esta formulación sugiere que la prueba representa un gran avance en comparación con la de septiembre, después de la cual la agencia norcoreana declaró que todavía había que probar algunos puntos.
El líder norcoreano se aseguró de que "este año se desarrollen y perfeccionen muchas armas y equipos de gran rendimiento para el ejército", agregó KCNA.
La jerga utilizada por la agencia de noticias también sugiere que esta prueba "podría ser la última" de un lanzador de misiles múltiples grande, explicó Rachel Minyoung Lee, analista de NK News, un sitio estadounidense con sede en Seúl que proporciona información y análisis sobre Corea del Norte.
"Corea del Norte tiene suficientes armas para realizar pruebas este año e incluso en 2020 si lo desea", agregó.
Esta es la cuarta prueba de un lanzador de misiles múltiples de grandes dimensiones desde agosto.
Corea del Norte también ha disparado otros proyectiles en los últimos meses para presionar más a Washington.
Después de la espectacular distensión de 2018 en la península, las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte se encuentran en punto muerto desde el fiasco de la segunda cumbre en Hanói en febrero entre Donald Trump y Kim Jong Un.