Lesbos, la isla griega ícono de la crisis migratoria en Europa
La isla griega de Lesbos está "a punto de explotar" por la presencia de "entre 15.000 y 17.000 refugiados", el equivalente de una quinta parte de su población total, dijo este lunes el ministro griego de política migratoria, Iannis Mouzalas.
"La situación está realmente a punto de explotar en la isla" de 85.000 habitantes, convertida en una de las primeras etapas del periplo europeo de decenas de miles de refugiados y migrantes de Medio Oriente y Africa que huyen de los conflictos y la pobreza , dijo el ministro a la radio To Vima.
La isla de Lesbos, ubicada en el extremo oriente de Grecia y frente a la costa de Turquía, era conocida internacionalmente por ser un apreciado destino turístico y por dar origen a la palabra "lesbiana", ya que es la cuna de la poetisa Sappho, quien le escribía románticamente a las mujeres en el siglo VI antes de Cristo.
Ahora, se ha transformado en el ícono de la crisis de los refigiados sirios que buscan entrar a la Unión Europea.
"Quieren tomarse una ducha aquí, duermen en la playa. Es un caos", explica Teresa Dalvadanis, propietaria sueca de un restaurante de las playas de Mitilene, la capital de Lesbos, donde el flujo récord de inmigrantes supone un desafío para el sector turístico que trata de mantener su clientela, según señala la agencia France Presse.
En un hotel, cerca del puerto, un sirio con un excelente inglés, pregunta si hay habitaciones disponibles, mostrando los papeles temporales que le dieron las autoridades de la isla que, teóricamente, deberían proporcionarle un alojamiento.
Le dicen que todo está lleno y el sirio se retira mirando hacia una llave que cuelga, inutilizada, detrás de la recepción. El flujo migratorio ha golpeado de lleno a una Grecia en crisis, Desde enero, una cifra récord de 160.000 migrantes han llegado al país a través de las cercanas costas turcas.
"No somos responsables"
Las autoridades locales dicen que ya no pueden más. "Es imposible para la alcaldía o el gobierno hacer frente a este problema que afecta a toda Europa, a todo el mundo", se lamenta a la AFP Sypros Galinos, alcalde de la isla.
La mayoría de los llegados son refugiados que huyen de Siria debido a la guerra civil que ha dejado 240.000 muertos y obligado a cuatro millones de personas a abandonar el país.
Las calles cerca del puerto de Mitilene están llenas de sirios, afganos, iraquíes o somalíes, que esperan varios días antes de tomar el ferry para Atenas, y seguir el viaje vía Macedonia hacia Europa Occidental.
El gobierno griego ha fletado ferries para transferir a miles de migrantes hacia El Pireo, el gran puerto cercano a Atenas. Las condiciones son un poco mejores en los centros de acogida de la isla, pero ya están llenos.
Además la tensión ha crecido estos últimos días entre sirios, que tienen un estatuto más privilegiado, y los migrantes procedentes de otros países, que deben esperar más tiempo para obtener papeles que les permitan dejar el país.
Por otra parte, Lesbos ya ha perdido un 40% de sus turistas griegos debido a la reciente alza de las tasas y las dificultades financieras. Sin embargo, el número de turistas extranjeros ha aumentado.
Teresa Dalvadanis dice que su empresa ha perdido un 50% de su volumen de negocios respecto a 2014, debido a la vez a los migrantes y a la crisis.
Inmigrantes en el puerto de Mitilene, la capital de Lesbos.
"Nueva clientela"
No obstante, algunos empresarios han empezado a adaptarse a la nueva clientela. "Esta gente ha empezado a utilizar los hoteles, los taxis, los ferries, todo, ganamos con ellos lo que hemos perdido con los otros", explica Giannis Samiotis, presidente de una unión local de agencia de viaje.
La tienda de Irène Bolka, al lado del puerto, siempre está llena de sirios, afganos, iraquies. No les interesan los 'souvenirs', pero el local hace mucho dinero con la venta de tiendas de campaña.
"Solamente vendemos material de camping, ya no tenemos turistas, pero los migrantes compran todo" dice la dueña. Un poco más lejos, se ha formado una cola ante un restaurante de kebab. Y así es cada noche, hasta que cierra el local.
Algunos negociantes ocasionales intentan sacar provecho de la situación al "reciclar" motores u otras parte de las embarcaciones usadas por los migrantes, o vendiéndoles a éstos comida o ropa. El alcalde Galinos asegura que algunos de los migrantes son "muy cualificados". "Podrían ayudar a la reconstrucción económica no sólo de Grecia sino de otros países europeos", afirma a France Presse.