AFP
Las tropas sirias retomaron más de un cuarto del enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, forzando a cientos de civiles a abandonar sus casas, informó una ONG este domingo.
Con el apoyo de Rusia, el gobierno de Bashar al Asad pretende reconquistar este último bastión rebelde a las puertas de Damasco, donde unos 400.000 civiles están asediados desde 2013, en medio de una grave crisis humanitaria.
El 18 de febrero, el régimen lanzó una operación aérea que ha matado a más de 650 civiles.
El presidente Bashar al Asad amenazó este domingo que sus fuerzas seguirán la ofensiva pese a las presiones internacionales para que la detenga.
"La operación contra el terrorismo debe continuar, al mismo tiempo que los civiles seguirán teniendo la posibilidad" de salir del lugar, dijo Al Asad a los periodistas en programa transmitido por la televisión estatal.
Para la primera ministra británica, Theresa May y el presidente estadounidense, Donald Trump, tanto el régimen sirio como Rusia tienen una "responsabilidad aplastante en el desgarrador sufrimiento humano" que se vive en Guta Oriental, según un comunicado de Downing Street.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), las fuerzas del régimen avanzaron tres kilómetros desde Duma, la ciudad principal, tras haber conquistado "más del 25%" de Guta Oriental.
Aunque esta ofensiva nunca fue anunciada oficialmente, los combates en tierra se han intensificado en los últimos días, permitiendo el avance de las fuerzas del régimen en el enclave rebelde, pese a la tregua diaria de cinco horas decretada por Moscú y que entró en vigor el martes.
Rusia habilitó un corredor humanitario para permitir la evacuación de civiles y la entrada de ayuda humanitaria, pero el sábado ningún civil lo había utilizado para salir, indicó el ejército ruso en un comunicado.
Pero este domingo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) anunció que el lunes enviará "un convoy de 46 camiones con ayuda médicas y alimentos para 27.500 personas" al enclave, que atraviesa una grave escasez alimentaria y de medicamentos.
Ataques sorpresa
Según la agencia oficial SANA, las fuerzas progubernamentales tomaron el control de varios distritos, incluyendo Nashabiyé y Otaya y "erradicaron a los grupos terroristas" de la periferia este de Damasco.
Los combatientes favorables a Al Asad llegaron al centro del enclave, en Beit Sawa, según el OSDH.
Este domingo, estallaron los enfrentamientos entre el grupo rebelde Yaish Al Islam y las fuerzas prorrégimen en la parte oriental del enclave, según el Observatorio.
El enclave rebelde, de unos 100 km cuadrados, representa un tercio de la extensa región agrícola de Guta Oriental.
Los enfrentamientos se concentraban en el sector de Al Rihan y la localidad de Shifuniya y le costaron la vida a doce combatientes prorrégimen el sábado por la noche, según Abdel Rahman director del OSDH.
El portavoz de Yaish Al Islam, Hamza Bayrakdar, informó en Twitter que su grupo llevó a cabo "ataques sorpresa" en la madrugada del domingo contra "posiciones" conquistadas por el régimen.
Huida de civiles
Siria está devastada desde 2011 por una guerra cada vez más compleja, que ha acabado con la vida de más de 340.000 personas. Otrora debilitado, el régimen de Al Asad consiguió reforzar posiciones gracias al apoyo militar de Rusia desde 2015.
Este domingo, cientos de habitantes, mujeres y niños, huían de los bombardeos en la localidad de Beit Sawa, según un corresponsal de la AFP.
Según el OSDH, unos 2.000 civiles abandonaron sus casas al este del enclave a causa de los ataques del gobierno.
"Todo el mundo está en la carretera. Hay destrucciones por todas partes", declaró Abu Jalil, de 35 años, con una niña pequeña en brazos, herida en la mejilla.
"Muchas familias están atrapadas bajo los escombros, los rescatistas, simplemente, no logran arreglárselas" para socorrerlos, añadió.
Los bombardeos del sábado mataron a 18 civiles, incluyendo tres niños, según el OSDH.
Responsabilidad aplastante
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresaron el sábado por la noche su "gran preocupación" frente a la situación en Guta Oriental.
Ambos subrayaron su "plena determinación para que el régimen sirio y sus aliados apliquen" una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que reclama un alto el fuego de 30 días en Siria.
La resolución fue aprobada a finales de febrero, aunque nunca entró en vigor.